Este miércoles ha tenido lugar una nueva jornada del juicio que arrancó el pasado 6 de mayo contra la denominada trama sueca y que se está celebrando en la Sección Segunda de la
Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
La causa, esta semana en la sede de la calle García Gutiérrez de Madrid, entra ya en su recta final al
terminar de declarar hoy los acusados, que no tienen obligación de decir la verdad.
El último en hacerlo ha sido el supuesto cabecilla,
Joakim Broberg, hijastro de la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz.
Su testimonio, durante 50 minutos, hay que enmarcarlo en su estrategia de defensa y, obviamente, no ha reconocido nada ante el tribunal.
A preguntas de su abogada,
ha negado todos los hechos de los que se le acusan, vinculados al tráfico de drogas y al blanqueo de capitales.
Ha rechazado todos los informes policiales que le señalan y ha dicho que en la época de los hechos que se juzgan era "contable y gestor de varias empresas inglesas y americanas".
También ha explicado que se dedicaba al mundo inmobiliario. "A veces me surgían clientes que se los mandaba a mi padre (Lars Broberg, marido de la alcaldesa, ya fallecido) y si vendía algo me ganaba comisiones".
Joakim ha sostenido que tiene estudios de "empresariales, master en finanzas y administración".
Ha negado tener empresas en Chipre y ha explicado que
pagaba sus impuestos en Estonia, aunque dicho que no tenía la nacionalidad de este país.
Otros acusados
Sobre
Roberto Bayona, que declaró ayer, considerado por la Policía el "machaca" de Joakim, ha dicho que estuvo unos años cuidando de su casa.
"Teníamos un amigo en común, es un manitas, mecánico, hace un poquito de todo, lo que sea para sobrevivir", ha añadido.
Respecto a
Mike Holmen, persona que, según los investigadores le surtía de dinero que tenía un armario, ha señalado que "le alquilé un apartamento que él había comprado a un conocido mío, le ayudaba con el arquitecto, con la licencia de obras y ha comprado mi casa".
A
Nilss Anderson, que no está procesado, con quien supuestamente viajó a Tánger y desencadenó la investigación, ha explicado que "le alquilé un piso y le ayudé en la reforma para un kebab".
Respecto a
Nils Fischer, propietario de Codecosol, ha negado que fuera su testaferro.
Comunicaciones encriptadas
Joakim Broberg ha rechazado que utilizara comunicaciones secretas. "No he tenido ningún teléfono encriptado", ha dicho.
En contra de lo que sostiene la Policía, ha dicho que no se hacía llamar
"Fat Tony", como el mafioso de Los Simpson, en la red Encrochat.
"Eso lo he visto en
las noticias", ha señalado.
En esta misma línea ha llevado la contraria a los investigadores, que aseguran que compraba tarjetas SIM encriptadas en locutorios.
"No es cierto, no conozco ningún locutorio en España que venda tarjetas SIM de Holanda y encriptadas no existen,
suelo comprar tabaco ahí o algún cable de carga, paso por ahí habitualmente", ha detallado.
Tráfico de drogas
Joakim Broberg ha desmentido su participación en operaciones de tráfico de drogas. Especialmente se ha referido a la que presuntamente se hizo en
una gasolinera de San Pedro Alcántara, el 19 de agosto de 2019, que señala la Policía.
"Es un punto de encuentro, está muy céntrico, un camión que viene con muebles para dejárselo a unos clientes míos, en este caso fue para arreglar un camión o una furgoneta me recordó Roberto (Bayona)", ha dicho.
Sobre el
viaje a Tánger el 5 de febrero de 2019, uno de los primeros indicios para solicitar la intervención de teléfonos móviles, se ha manifestado en la línea de otros acusados.
"Teníamos un contacto para un asunto de aceite, pero al final no hicimos nada, solo un poquito de fiesta", ha dicho.
Blanqueo
A Joakim Broberg se le atribuye su participación en seis operaciones de blanqueo, por un total de
7.300.820 euros, y en tres, las principales, también estaría implicado su padre, ya fallecido.
Sobre ellas, según le ha ido preguntando su abogada, ha intentado dar explicaciones y descartar cualquier ilegalidad.
En la principal, que presuntamente se realizó con la llamada
Casa Roja en Vega del Jaque, ha dejado una llamativa explicación.
El hijastro de la alcaldesa de Marbella ha dicho que la compró en 2006 y se la fue pagando "poquito a poco a su padre".
"Tenía estructura, mi padre estaba haciendo esa obra para venderla, se quedó parado, le faltaba liquidez,
le presté dinero, y al final mi padre me dijo que por qué no me la quedaba y negociamos", dijo.
"Luego le di un
Ferrari 430 spider, dos relojes, un apartamento como parte del pago, así me quedé con la casa", añadió.
Joakim Broberg señaló que, más tarde, ante la "falta de liquidez" había tenido que pedir un préstamo de dos millones de euros en la entidad
Danske Bank de Luxemburgo.
Una parte lo invirtió en bolsa junto a su hermano Freddy Broberg y el resto lo destinó a la Casa Roja.
Después le reclamaron, explicó, que al menos devolviera un 10%, para lo que solicitó "un préstamo rápido" a través de
Islas Vírgenes Británicas, avalado con una casa en la urbanización Linda Vista de San Pedro Alcántara, que entonces era de su padre.
Todo un lío en su intento de exculparse de acusaciones de blanqueo que incluso la presidencia de la sala le pidió que aclarara.
Ha reconocido que recibió siete transferencias de dinero
desde Montenegro (paraíso fiscal) pero asegura que fue por la venta de una base de datos.
En relación al supuesto
blanqueo con oro explicó que "es un tío que me llamó de Portugal, me hablaba de oro que venía de África, yo eso lo he escuchado muchas veces y ya le dije que le iban a robar, sabía que iba a ser un fraude, el oro no tenía pureza, no se hizo nada".
También se ha desvinculado de la constitución de
sociedades pantalla y ha concluido su declaración ratificándose como "inocente" de todos los cargos que se le imputan.
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