Hace más de 40 años, Michael Ende escribió 'La historia interminable', un libro en el que para hallar la realidad era necesario pasar primero por lo fantástico. En Marbella tenemos nuestra particular versión, que para nada es fantasía, sino muy real, pero que amenaza con ser interminable: el intento de la alcaldesa, Ángeles Muñoz, de cambiar la linde con Benahavís en la zona donde está su mansión, el leitmotiv de su gestión política.
Mucha tinta se ha derramado durante años sobre esta polémica. Desde
Marbella24horas la hemos ido denunciando constantemente, pero parece que hay que continuar, porque no termina.
En cualquier pueblo o ciudad de España, incluso del mundo, sería inadmisible que su alcalde, o alcaldesa, quisiera
darle un trozo de terreno al municipio de al lado.
Ese gobernante, parece lógico, quedaría descalificado en la defensa de los intereses de sus vecinos. Pues, en Marbella, no solo se da esta paradoja, sino que, quien lo ha intentado, gobierna con una cómoda
mayoría absoluta.
Todo empezó, lo supimos algunos años después, en aquel célebre
pleno de 29 de julio de 2009 en el que, por sorpresa, se cambiaron 22 de los 71 planos del nuevo PGOU, entre ellos el de las célebres lindes.
Que se alteró el documento era algo evidente, que hasta se constató después en un informe solicitado por la Fiscalía, y que los concejales no lo sabían, aún más claro.
Fue en 2015, tras la aparición de una
plataforma ciudadana, cuando se denunció ante la Justicia la falsificación del documento, lo que dio lugar al llamado caso PGOU, cerrado hace no mucho en el
Tribunal Supremo sin responsabilidades políticas.
Aquel cambio a hurtadillas en los planos hizo que se produjera, qué casualidad, una discrepancia en los límites entre Marbella y Benahavís, que la alcaldesa resolvió, curiosamente, con un expediente de alteración de lindes, que se aprobó en el pleno de
noviembre de 2014.
Hasta ahí todo parecía más o menos normal, también se hizo uno con Ojén, por ejemplo. ¿Pero dónde estaba la particularidad? En que Marbella
perdía 170.000 metros cuadrados de terreno.
En Benahavís estaban encantados, claro, y en Marbella también su alcaldesa, con intereses inmobiliarios en la zona a través de su familia, pero para la ciudadanía era inadmisible.
La Junta paró aquel movimiento en
septiembre 2015, por la presión popular y porque en el Ayuntamiento ya no estaba el PP, sino un tripartito formado por PSOE, IU y OSP, por entonces unidos contra el deslinde.
Pero no, ahí no acabó todo porque, como también fuimos contando en
Marbella24horas, sociedades con intereses en la zona y vinculadas a Ángeles Muñoz presentaron recursos, que llegaron hasta el Tribunal Supremo, donde se le dio carpetazo en
noviembre de 2019.
Así se refleja actualmente la linde en el Sistema de Información Territorial (SITMA).
Pero ni por esas pudieron los vecinos del municipio estar tranquilos, porque en el pleno de
27 de julio de 2018, ya con Muñoz de nuevo en la alcaldía, se volvieron a mover las lindes a favor de Benahavís, ahora con el apoyo indecente de OSP.
Hace unos días, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)
anuló aquel cambio, pero el Ayuntamiento insiste en recurrir y mantiene
la modificación.
Por tanto, llevamos a finales de abril de 2021 con, todavía sobre la mesa, un tema que surgió en 2009 y en el que, es evidente, la regidora persiste.
Ahora dicen que no hay problema, que en el nuevo PGOU que están redactando, se pondrán las lindes históricas. No sirve, porque desde siempre han negado que se hubiera hecho ningún cambio, ni en el expediente de 2014 ni tampoco en 2018.
No podemos fiarnos, la misma persona que lo lleva persiguiendo durante 12 años está otra vez al frente de la elaboración del nuevo documento urbanístico.
Estoy convencido de que lo volverá a intentar, y lo negará, claro. La historia interminable de las lindes.