El equipo de gobierno del PP sigue con el
lento despliegue de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en el municipio que está poniendo en marcha casi a regañadientes.
En
diciembre de 2023, rozando el límite del plazo marcado por la normativa europea, se colocaron las señales que delimitaron distintas áreas de Marbella y de San Pedro Alcántara.
Entonces se anunció también un estudio sobre la calidad del aire y
una ordenanza sobre esta materia que, un año y medio después, no se han hecho todavía.
De esta forma, pese a que existe la señalización, no se está multando por acceder a estas calles sin cumplir los requisitos.
También en aquel momento se habló de desplegar "un mínimo de
quince sensores" en lugares estratégicos para medir la calidad del aire.
Más de 20 meses después, esta mañana se ha informado de la puesta en funcionamiento de
cuatro dispositivos.
El concejal de Movilidad, Félix Romero, ha señalado que este paso es "fundamental" y también supone "un gesto de compromiso con la ciudadanía, que podrá beneficiarse de un entorno urbano más limpio y habitable”.
El proyecto, con una duración de
tres meses, contempla la instalación y calibración de los sensores en ubicaciones seleccionadas dentro del área.
Permitirán la recolección continua de datos sobre la
calidad del aire; el análisis técnico de los valores obtenidos, identificando patrones, picos de contaminación y posibles fuentes emisoras.
Por último, se elaborará
un informe con recomendaciones orientadas a la gestión ambiental de la ciudad.
Entre los parámetros que se medirán se encuentran el material particulado, el
monóxido de carbono, el ozono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre.
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