La concejala de Urbanismo, Francisca Caracuel, ha informado esta mañana en rueda de prensa sobre lo que pretenden con este nuevo cambio en las normas urbanísticas.
Ha recordado que ya se hizo una
primera modificación en 2018 y que entonces, por distintas circunstancias, no pudieron acometerse los que ahora se van a afrontar.
Está previsto que se lleven al pleno de este próximo viernes para su
aprobación inicial, que saldrá adelante con la mayoría absoluta del PP.
Caracuel ha señalado que las
normas urbanísticas del PGOU de 1986 estaban "obsoletas y lejos de la realidad", por lo que se hizo necesaria su adaptación, que "no fue completa" en su día.
Por ello, ha justificado este segundo cambio que, principalmente, supondrá una flexibilización para
hacer compatibles distintos usos del suelo y añadir los nuevos que han ido apareciendo con los años.
Como ejemplo de la necesidad de la modificación ha explicado que "hay zonas con parcelas para
equipamiento escolar donde no es necesario".
Las nuevas normas que se plantean establecerán una "compatibilidad completa" en los
suelos de uso lucrativo siempre que el uso actual esté cubierto.
Otros cambios que ha citado es que pueda haber
alojamientos (residencias) en instalaciones deportivas, en hospitales y en centros educativos.
También se incluirá que el equipamiento social pueda recoger
viviendas tuteladas, ya que hasta ahora solo contemplaba residencias para mayores, según ha dicho.
La normativa que se va a poner en marcha contempla la compatibilidad hasta un 15% de
usos dependientes del hotelero.
Es decir, un hotel que cierre durante la temporada invernal podrá
mantener abiertas instalaciones como el restaurante, un gimnasio o un SPA, siempre que tengan un acceso independiente desde el exterior.
En los parques y zonas verdes ha explicado que se
amplía el uso para hostelería. "Solo podía haber quioscos, pero ahora se podrán poner más sillas, con una normativa similar a los chiringuitos", ha dicho.
Por último, se regulan las actuaciones de
interés público en suelo rústico (no urbanizable), que se podrán utilizar en algunos casos, aunque nunca como industrial.
"Lo que hacemos es acercar la norma a la
realidad social y a la calidad que Marbella necesita", ha dicho Francisca Caracuel.
La intención es permitir que, hasta el nuevo planeamiento que se está tramitando, se pueda "seguir trabajando con
una mayor flexibilidad y adaptación a las necesidades del municipio".
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