Unas horas antes de que se conociera la decisión sobre el pase de Málaga a la fase 1 de la desescalada, el equipo de gobierno ha tomado por fin una medida que ya iban poniendo en marcha otros municipios.
Se trata de la
ampliación del espacio para las terrazas en la vía pública, una forma de compensar la reducción de aforo por las medidas para garantizar la distancia de seguridad.
A través de un bando, según ha informado este viernes el Ayuntamiento, se regulará la nueva situación, que se mantendrá "mientras dure el estado de alarma o las autoridades sanitarias determinen la vuelta total a la normalidad".
Es decir, la medida se autoriza de manera indefinida y temporal, como había solicitado el
pasado día 6 el portavoz socialista, José Bernal, quien desde entonces lleva reclamando a la alcaldesa que actúe.
La decisión del Ayuntamiento lleva de forma atropellada, porque todo apunta a que Marbella estará en la fase 1 el próximo lunes, por tanto con solo dos días por delante para los hoteleros.
Además, hay otra dificultad añadida ya que será necesaria
una autorización que, por tanto, el lunes no tendrán los bares y restaurantes.
El bando recoge que las terrazas deben mantener la distancia física de al menos dos metros entre las mesas o, en su caso, agrupaciones de mesas.
Se permitirá ampliar hasta el
doble de la superficie que el titular tuviera concedida en la actualidad, de forma que está permitido ocupar la vía pública con el mismo número de mesas y sillas que cabían con anterioridad, siempre y cuando se respete la distancia de 2 metros entre mesas.
La ampliación de la ocupación permitida será posible si se deja en todo momento un
paso peatonal libre no inferior a 2 metros para tránsito peatonal, con separación de 1 metro de los portales de viviendas, accesos a garajes y vados, pasos de peatones, rebajes para personas de movilidad reducida o paradas de vehículos de servicio público, entre otros.
También habrá que dejar 3 metros en pasajes y calles peatonales para el acceso de vehículos de emergencia, siendo de 4 metros cuando la calle sea de preferencia peatonal.
Los propietarios deben asegurar durante todo el servicio una serie de condiciones de higiene y prevención, como es la limpieza y desinfección del equipamiento de la terraza, en particular mesas, sillas, así como cualquier otra superficie de contacto, entre un cliente y otro.
Del mismo modo, se priorizará la utilización de
mantelerías de un solo uso. En el caso de que esto no fuera posible, debe evitarse el uso de la misma mantelería o salvamanteles con distintos clientes, optando por materiales y soluciones que faciliten su cambio entre servicios.
Además, se deberá poner a disposición del público dispensadores de
geles hidroalcohólicos con actividad virucida autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad, en todo caso en la entrada del establecimiento o local, que deberán estar siempre en condiciones de uso.
Por otra parte, se fomentará el
pago con tarjeta u otros medios que no supongan contacto físico entre dispositivos, evitando, en la medida de lo posible, el uso de dinero en efectivo y se limpiará y desinfectará el datáfono tras cada uso, así como el TPV si el empleado que lo utiliza no es siempre el mismo.
Se eliminarán productos de autoservicio como servilleteros, palilleros, vinagreras, aceiteras, y otros utensilios similares, priorizando monodosis desechables o su servicio en otros formatos bajo petición del cliente.
Finalmente, la
ocupación máxima de los aseos por los clientes será de una persona, salvo en aquellos supuestos de personas que puedan precisar asistencia, en cuyo caso también se permitirá la utilización por su acompañante.
El banco señala que deberá procederse a la limpieza y desinfección de los referidos aseos, como mínimo, seis veces al día.
Además, el
uso de mascarillas por parte de los trabajadores será obligatorio cuando no pueda garantizarse la distancia de seguridad interpersonal de aproximadamente dos metros entre el trabajador y el cliente o entre los propios trabajadores.