Romero ha comparecido esta mañana en rueda de prensa para anunciar algo obvio, que se suspende el pago de las tasas de ocupación para la hostelería y el comercio durante las dos semanas de cierre de la actividad no esencial.
Solo faltaría que el Ayuntamiento les cobrase ya que los bares y restaurantes no van a poder poner sus terrazas en la calle.
La medida, similar a la adoptada durante el primer confinamiento, supone la
suspensión de la expedición de cualquier liquidación de tasas por la utilización privativa o aprovechamiento especial de dominio público o por cualquier otra que grave un servicio que sea imposible de prestar en la actual situación.
Según Romero, esto afectará a las previsiones recaudatorias del Ayuntamiento, pero resulta evidente que no deben cobrar si los negocios no puede utilizar la calle por las medidas para frenar la pandemia.
El edil de Comercio también ha hecho referencia a los célebres
dos millones de euros previstos en ayudas para pymes y autónomos.
"Estamos trabajando en la redacción de las bases de ejecución", ha dicho, y ha añadido que "en breve" podrá ofrecer más detalles.
Pese a que estas ayudas las anunció
la alcaldesa en abril de 2020, hace diez meses, aún no ha dado tiempo a prepararlas, teniendo en cuenta que aquel anuncio fue un brindis al sol.
Ayuntamientos como el de
Mijas llevan meses repartiendo ayudas directas a su tejido empresarial.
En Marbella, tras aquela
mentira de la regidora, ahora sí aparece en
los presupuestos una partida de dos millones de euros para este fin, pero parece que
no hay prisa para repartir esas ayudas mientras los autónomos agonizan.
Pese a que no han dado todavía
ni una sola ayuda, como reconocen, con la boca pequeña, las asociaciones de empresarios, Romero ha presumido de todo tipo de colaboración.
Ha hablado de la bonificación del
25 por ciento del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para locales de hostelería, comercio u ocio, cuando la mayor parte de los negocios están en inmuebles alquilados.
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