Galiano ha pronunciado un pregón no excesivamente largo, distendido, con muchos recuerdos y vivencias de la feria sampedreña que, como él mismo ha asegurado, conoce muy bien.
Al escenario salieron seis personas que llevaban caretas con la cara del pregonero y aseguran ser él. Al final, apareció el auténtico, que dio las gracias a sus amigos por colaborar en el evento.
"No soy de discursos, me gusta escribir guiones y hacer películas, pero es un honor ser el pregonero de la feria de mi pueblo", dijo, y aseguró que "estar detrás de la cámara es más fácil".
Tuvo un capítulo de agradecimientos y recordó a la pregonera del año pasado, la Negra Maité.
"Voy a hablar de la Feria de San Pedro, de la alegría de disfrutarla, de vernos cada año con familiares, conocidos y amigos", explicó.
Y dijo que "lo bonito de la feria es la magia de todas las personas que la hacen posible" y enumeró a todos los que colaboran en estos días, los "tramoyistas", a los que agradeció su esfuerzo.
Anécdotas
Turno después para todo tipo de anécdotas sobre su presencia en estos días de fiesta. "He salido a caballo, nos ha pasado de todo, hasta un elefante me dio una paliza seis veces".
"Las vivencias que yo he tenido en la feria no las ha pasado casi nadie, solo me falta que me coma un dinosaurio", señaló, y apareció uno en el escenario, con algo de retraso.
Y contó cuando se quedó "dormido en el tren de la bruja después de tocar con Pepe Merchán en la banda de cornetas y tambores de San Pedro".
"Me crié en la plaza de Charly, en los Corralones, cada día era una aventura, hasta explotarme un petardo de 50 pesetas en los dedos", recordó.
"Estoy orgulloso de mi pueblo", dijo, y añadió que había vivido en "todos los sitios" de San Pedro Alcántara.
Acabó señalando que "estar feria es nuestra, y de nadie más, es superguay, si hace falta salimos vestidos de gitano con botas de agua".
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