La investigación, que está dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Marbella, Gonzalo Dívar, continúa abierta, por lo que no se descarta que se produzcan más novedades.
Por el momento, salpica a once personas, cuatro de ellas que se encuentran detenidas y siete más que son investigadas, nueva figura jurídica que sustituye a la de los imputados.
Este miércoles se llevaron a cabo cinco registros en una acción simultánea en el domicilio del empresario, una de sus fincas, una asesoría fiscal, un banco en la avenida Ricardo Soriano, donde tenía una caja de seguridad, y en las oficinas del grupo, situadas en las Pizzería Mamma Gina, junto al Palacio de Congresos.
Los agentes se incautaron de abundante documentación y de ordenadores que serán analizados posteriormente. Una de las sospechas de los investigadores es que se utilizara un software de ocultación de la contabilidad, para llevar otra paralela.
Todo surge de la denuncia realizada hace un mes por parte de la exmujer del empresario, que ha llevado a la amplia operación desarrollada en Marbella. Se analiza un conglomerado de empresas, algunas de las cuales están en Gibraltar, y que presuntamente servirían para ocultar los beneficios del grupo.
También se están analizando más de 200 cuentas bancarias, así como todo tipo de información fiscal relativa a los últimos años. Entre los bienes que se han incautado figura un helicóptero y 250.000 euros en efectivo.
Este grupo empresarial vivió su auge a principios de los años 90 coincidiendo con la llegada de Jesús Gil a la Alcaldía de Marbella.
En 2014 fue sonada la boda de Ramón Mesas con la joven rumana Elena Ducu, de la que esperaba un hijo, que saltó a las revistas del corazón porque a ella acudieron famosos como el clan Janeiro o el extorero Jaime Ostos y su mujer María Ángeles Grajal. Todos los invitados fueron vestidos de blanco.
Ahora ha sido su exmujer quien, a través de su denuncia, ha iniciado la operación por supuesto fraude fiscal en unas empresas que declaraban pérdidas mientras el grupo se expandía cada vez más con cerca de una veintena de restaurantes en Madrid, Benalmádena, La Línea de la Concepción y, principalmente en Marbella, donde están la mayoría.
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