Todo ha ocurrido en el minuto 45 cuando Kike Márquez, tras marcar el gol que suponía el empate a uno, no lo ha celebrado con los compañeros y se ha marchado hasta la pista de atletismo, detrás del banquillo visitante y desde allí se ha encarado con el palco.
"Mierda para todos" es lo que se le ha entendido, mientras señalaba con el dedo a una zona difícil de determinar. Después se ha vuelto hacia el campo y ha propinado una patada a uno de los soportes publicitarios junto al banquillo del Granada B.
Se podría interpretar que sus palabras serían en desaprobación por la destitución de Nafti e irían dirigidas hacia el director deportivo del club, Raffaele Pandalone, y sus dos colaboradores, Marc Juliá y Roberto Álvarez, que estaban sentados en un lateral.
Marbella24horas ha contactado con el 'crack' gaditano para darle la oportunidad de ofrecer alguna explicación, pero únicamente ha querido aclarar que el gesto "no era para la directiva".
Preguntado, entonces, por hacia quién o quiénes se dirigía, no ha aportado más detalles. "No sé ni lo que he dicho porque estaba muy caliente en ese momento", ha señalado sobre el contenido de sus palabras.
Este detalle ha empañado un buen partido, uno más, de Kike Márquez, al que no se le puede poner ninguna pega por su actitud ni compromiso.
Ha marcado un gol, ha dado pases y, hasta, ha peleado en defensa con una recuperación espectacular en la segunda parte persiguiendo a un jugador del Granada B.
En cambio, sí se le ha visto realizando gestos de desaprobación tras algunas jugadas y, sobre todo, el que ha protagonizado hacia el palco después del gol.
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