Ojo con Puerto Banús

Ahora que se ha hecho pública, al conocimiento de todos, la finalización de las obras de remodelación de la Plaza Antonio Banderas, esto es, la principal plaza dentro del recinto portuario José Banús, y sobre todo, ahora que parece que comenzará esa fórmula, sin duda innovadora, de gestión mixta de ese espacio público; ahora que Puerto Banús es noticia, precisamente por el establecimiento de dicha fórmula de combinar las obligaciones municipales con el empeño de los propios comerciantes del Puerto; y también ahora que he tenido noticias del posible cierre de alguno de los establecimientos “de marca”, también es momento de recordar ciertas cosas y, al mismo tiempo, de animar a la administración local (con el apoyo de todos) a exigir a los rectores del recinto portuario, que mantengan en mucho más que optimas condiciones el que es, sin duda, el icono de la imagen turística de Marbella. 

En esta tribuna de opinión, ya lo he dicho en varias ocasiones (como muestra La Trastienda de 29/8/2013, http://www.marbella24horas.es/blogs/la-trastienda/puerto-banus-oscuro-sucio-y-pestoso), Puerto Banús, en la zona gestionada por la entidad concesionaria, está oscuro y sucio, y muchas veces con un nauseabundo olor mezcla de tubería, bajante y desagüe. Me pregunto año tras año: ¿piensan seguir con esa forma de gestionar el llamado puerto “señero” del Mediterráneo? A veces, realmente, pienso en qué verán los turistas que lo visitan, además de algunos (no más de una decena) de espectaculares barcos, además de coches de alta gama paseándose (sus conductores que no dueños) haciendo el ganso por el muelle… ¿qué más ofrece?

Supongo que les llamará la atención la aglomeración de tiendas de conocidas marcas, inaccesibles a los bolsillos de los ciudadanos de a pie, pero que trasladan mentalmente a los visitantes a ese otro punto del mundo donde se repite esa sensación (o realidad material), la conocida calle Rodeo Drive, en pleno Beverly Hills de Los Ángeles, visionada en tantas películas pero especialmente recordada por Pretty Woman. Ahora bien, uno, que ha tenido la suerte de conocer in situ esa calle, puede decir con todas las de la ley, que la suciedad y oscuridad que existe en el Muelle Ribera no lo existe en la vía angelina.

Para más inri, ha llegado a mis oídos que algunos propietarios de esas tiendas empiezan a estar hartos del abandono del puerto por sus gestores/rectores, de la invasión de vendedores ambulantes, que en la misma puerta de sus negocios, venden productos falsificados, sin que siquiera las fuerzas de orden público puedan acceder al recinto si no es en contadas ocasiones.

¿Cuántos recursos públicos, sobre todo en forma de atención sanitaria, se usan en Puerto Banús durante la temporada estival? Con conocimiento de causa diré que rara es la noche en la que las ambulancias del SAS no tienen que acudir al auxilio de personas perjudicadas por los excesos con ciertas sustancias, nocivas para la salud? Personas que “disfrutan” de lo que les ofrece el recinto portuario, el cual recibe pingües beneficios por los establecimientos allí situados pero que, por lo visto año tras año, se invierte poco en limpieza, seguridad e iluminación. Este pasado verano, parece que han invertido (los gestores concesionarios) en dotar con una ambulancia para atender a los que precisan de atención médica. Algo es algo…

Pero volviendo a la noticia que hemos sabido en los últimos días, en cuanto a que el Ayuntamiento de Marbella y la Asociación de Empresarios de Puerto Banús (AEPB) se han puesto a trabajar en una original propuesta que hace unos meses planteaba el colectivo y que persigue la reactivación promocional y turística de la recién remodelada plaza Antonio Banderas, parece ser que ambas partes se encuentran en la búsqueda de una fórmula que permita, tanto desde el punto de vista legal como administrativo, que se lleve a cabo una gestión conjunta de este espacio público. Lo plantean de manera simple: los empresarios se harían cargo de la organización de actividades y grandes eventos que doten de vida a la plaza durante esos meses que se consideran como temporada baja, junto al mantenimiento y limpieza del entorno, y el resto del año, cuando más afluencia existe, el consistorio sería quien se encargara de su gestión, además de organizar cuantas actividades se consideren oportunas para atender al turismo.

En los primeros trazos de esta cogestión, parece que el primer paso lo está dando el empresariado portuario, dándose diez días para definir y plasmar, en blanco y negro (como se dice), una concretar propuesta, y desde ese momento, se deberán estudiar las acciones a tomar. Por último, se sabe que el Ayuntamiento de Marbella ya trabaja con la base de la promoción del nombre de Puerto Banús, con el objeto de reactivar la actividad en la zona.

En este punto, espero, deseo y pido que la gestión de la Plaza Antonio Banderas, que es el mayor espacio público y abierto con el que cuenta el puerto, no sea permanentemente usado como “mercadillo”, que bajo el paraguas de las Ferias de Artesanía, al final existan simples puestos souvenirs y hasta bañeras con pececitos que dan masajes en los pies (algo que veo antihigiénico a la vez que dudoso desde el punto de vista sanitario).

Ojo con Puerto Banús, que lleva mucho tiempo dejado de la mano de Dios (por no decir de sus gestores), y puede que un día, esas tiendas que son a veces el principal aspecto llamativo, echen el cierre, cansados sus propietarios de la desidia por tener este puerto como debería estar, cuando lo llaman, el santo y seña de la imagen de Marbella. Y al Ayuntamiento, les animo a reclamar día si día también, a esos rectores portuarios, que inviertan en adecentarlo.