Con esta propuesta, que se lleva a aprobación al pleno ordinario de este martes 11 de marzo, la Diputación de Málaga quiere reconocer con estas distinciones la especial relación que ambos guardan con la provincia, y premiar el papel de embajadores que realizan en sus respectivos ámbitos, tanto personales como profesionales.
Del Bosque y Navarro han alcanzado el éxito indiscutible en sus carreras, el primero como campeón del mundo y de Europa con la selección española o Mejor Entrenador de Fútbol por la FIFA en 2012, entre otros títulos logrados con el Real Madrid; y la segunda con logros muy importantes en la industria musical, como el Ondas, el Premio de la Música o el Nacional de Saetas, además de haber sido doble Disco de Platino en 2005.
Vicente Del Bosque (Salamanca, 1950) recibirá el título de Hijo Adoptivo por su implicación con la vida cultural y deportiva de San Pedro Alcántara (Marbella), donde posee una segunda residencia que le permite pasar largas temporadas en la provincia.
Además, su presencia en iniciativas sociales tiene lugar también en otras ciudades, como por ejemplo Estepona, donde organiza un campus deportivo para fomentar la integración, competitividad y los valores humanos de los niños.
En el aspecto profesional, sus conocimientos teóricos, su precisión al aplicarlos, su modélica responsabilidad y su eficacia en cuanto a resultados le han conducido a tener el prestigio del que goza en la actualidad. Del Bosque ha aportado al futbol mundial un estilo de juego propio, imitado por muchos equipos, el cual se fundamenta en el toque del balón, en jugar con elegancia y deportividad.
Del Bosque ya participó en abril de 2012 en la entrega de la Medalla de Oro de la Provincia a Fernando Hierro, cuando glosó su figura antes de que el presidente, Elías Bendodo, le hiciera entrega de la distinción al futbolista de Vélez.
Por su parte, Diana Navarro (Málaga, 1978) es una de las cantantes y compositoras más relevantes del panorama artístico nacional, en el que destaca de manera muy especial en la fusión de géneros como el flamenco y la copla. También la actuación forma parte de su currículo. Sus singulares interpretaciones, llevadas a cabo con gran maestría, emocionan a un público que reconoce y admira la calidad de sus producciones.
La intérprete malagueña empezó a la temprana edad de 9 años en un coro, donde comenzó a desarrollar su instinto musical. Después se acercó al mundo de la copla, un género que se ajustaba perfectamente a sus cualidades y que ha contribuido a revitalizar con letras y composiciones que profundizan, probablemente como ningún otro género, en el enigmático mundo de los sentimientos y de las emociones humanas.
Su pasión por Málaga se hace evidente cada vez que proclama y difunde su nombre allá por donde lleva su arte, al que acompañan siempre recuerdos de su infancia, y que son objeto constante de inspiración, investigación y producción discográfica.