La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Marbella ha dado este martes el visto bueno a una nueva ordenanza que regulará la retirada de vehículos abandonados de la vía pública. La normativa se aprobará en pleno y permitirá incluso, en el caso en que el estado de deterioro no sea importante, que el Consistorio venda los vehículos o los pueda utilizar para realizar servicios municipales. Cuando no sea posible, irán al desguace.
La retirada de vehículos abandonados en las calles de Marbella y San Pedro Alcántara va a tener a partir de ahora una cobertura legal de la que no se disponía hasta el momento. Actualmente existía solo un protocolo de actuación, a cargo de la Policía Local, con normativa dispersa y de ámbito nacional, según ha explicado el concejal de Seguridad Ciudadana, Félix Romero.
Ahora, con esta nueva ordenanza, habrá respaldo para estas actuaciones, con un sistema que priorizará la localización del usuario y, si no es posible, facultará al Ayuntamiento para la retirada del vehículo abandonado, que pasará al desguace o a manos municipales.
La normativa, que será aprobada en pleno, afectará a todos los vehículos estacionados en la red viaria del municipio, excepto los que estén inmersos en algún proceso judicial y, obviamente, los que se encuentren en zonas de desguace.
El proceso se iniciará cuando se detecte, casi siempre por denuncias vecinales, un vehículo estacionado más de un mes en el mismo lugar o que presente desperfectos que hagan imposible su desplazamiento. También, aquellos no tengan placas de matrícula.
En ese momento, se procederá a levantar el acta de observación, con fotografías, incluso del entorno, y se le colocará una pegatina de color rojo. Ahí empieza a contar un periodo de un mes, tras el que se llevará a cabo una nueva comprobación.
Si el vehículo ya no se encuentra en ese sitio, se archivará el expediente, pero si no, se le pondrá una pegatina verde, que facultará a la grúa municipal para llevárselo en un plazo de cinco días. Cuando eso ocurra, sobre la acera se dejará una pegatina amarilla de advertencia.
Una vez en el depósito municipal, se pedirá al titular que, en el plazo de otro mes, proceda a retirar el vehículos. Cumplido este último aviso sin respuesta, pasará al desguace o a propiedad municipal para su enajenación o utilización para servicio público.
Este el proceso que marca la nueva ordenanza municipal, que según ha explicado el concejal de Seguridad Ciudadana, Félix Romero, apuesta por "el respeto a la propiedad privada pero manteniendo el ornato de la ciudad".
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