Era una reivindicación histórica de vecinos y comerciantes de esta zona. En este punto se hacía difícil cruzar la avenida, ya que los dos semáforos más cercanos estaban a mucha distancia, por lo que demasiadas personas optaban por arriesgarse y pasar por la calzada.
Este peligro ya no existe, o al menos así debería ser si impera el civismo, con la instalación de un nuevo semáforo con paso de peatones, que se ha inaugurado esta mañana con la presencia del concejal de Movilidad, Miguel Díaz.
Será el primero de los tres que se van a colocar en la antigua N-340. El siguiente estará cerca, en Ricardo Soriano a la altura de Ramiro Campos Turmo, mientras que habrá uno más en Severo Ochoa, frente al hospital.
El objetivo es garantizar no solo la seguridad de los peatones sino lo que se denomina onda verde, que es la fluidez del tráfico a través de la coordinación semafórica para que se vayan abriendo a medida que avanza el vehículo.
Una vez estén los tres semáforos, se podrá llegar desde el Pirulí hasta la rotonda de los barcos en poco más de cuatro minutos con todos los luminosos en verde, siempre, obviamente, en unas condiciones teóricas con los dos carriles libres y a una velocidad inferior a los 50 kilómetros por hora.
Así lo ha explicado Miguel Díaz, quien ha destacado que con estas medias "la ciudad se hace más agradable para el coche y más segura para los peatones", aspectos que justifican la inversión de 70.000 euros que se va a realizar.
El nuevo cruce semafórico está adaptado para invidentes y personas con movilidad reducida y el paso de peatones está pintado en diagonal para respetar las raíces de los árboles que se habrían visto afectadas de haberlo hecho en línea recta.
Tiene 14 metros de longitud y un tiempo para cruzar la calzada de en torno a 26 segundos, mientras que el de espera en rojo es de 95 segundos.
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