La terapia se basa en la utilización tópica de una sustancia de-nominada Cidofovir cuya indicación habitual es el tratamiento intravenoso de infecciones oculares por otro tipo de virus (citomegalo-virus).
Las verrugas plantares son muy frecuentes y suponen aproxima-damente el 5% de los motivos de consultas del servicio del Hospital Costa del Sol, al año. Se trata, por tanto, de una patología muy común que, además de incómoda, es con frecuencia muy difícil de tratar por su resistencia a los tratamientos habituales, siendo muy frecuente las recurrencias. En este hecho radica lo novedoso y la importancia del uso de este medicamento.
Desde el año 2008 se han tratado en este centro un centenar de pacientes con esta crema, de los que 35 tenían verrugas plantares. Con estos últimos ha sido con los que se ha llevado a cabo el estudio, consiguiéndose en 28 de ellos una buena respuesta al tratamiento.
Este medicamento, que cuenta con una experiencia cada vez mayor, abre una nueva vía de investigación orientada a solucionar los problemas de pacientes con estas verrugas víricas tan difíciles de combatir. El Cidofovir es un potente antiviral, y en forma de crema se tolera muy bien y apenas manifiesta efectos secundarios, salvo irrita-ción de la piel tratada, en raras ocasiones.
Se calcula que el 50% de las personas van a presentar verrugas víricas a lo largo de su vida. Los tratamientos que se usan habitual-mente suelen ser bastante pesados, dolorosos y poco eficaces, sobre todo en zonas donde la piel es muy gruesa y el tratamiento penetra con dificultad. La terapia consiste en la aplicación de ácidos – que producen quemaduras en la piel - , en la utilización de la crioterapia - tratamiento con nitrógeno líquido, que también produce quemaduras por la acción del frío -, y la cirugía. En casi todos los casos existen efectos secundarios como la irritación de la piel, produciéndose incluso ampollas, con dolor asociado.
El proyecto ha estado dirigido por el doctor Javier Del Boz. Ha tenido como autora principal a la médico residente Laura Padilla, y como coautores a las dermatólogas Teresa Fernández Morano y Magda-lena de Troya Martín, y al farmacéutico Javier Arenas Villafranca.
Fruto de esta investigación el servicio de Dermatología ya había publicado otros dos artículos en revistas científicas de gran impacto; uno en el Journal of the European Academy of Dermatology en el año 2011, en el que los pacientes tratados eran niños; y otro en la revista Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, publicada ese mismo año, donde los pacientes tratados tenían las verrugas en la zona ano-genital.