Madres y padres de alumnos han mostrado a
Marbella24horas su preocupación por la proximidad al colegio Santa Teresa de las obras de lo que será el nuevo estadio de fútbol.
Como es habitual en asuntos relacionados con el Ayuntamiento, hay cierta precaución a la hora de hacer declaraciones públicas, pero su temor resulta evidente.
El curso arranca este miércoles no tienen claro cuál será
el impacto en el centro educativo de los trabajos que se realizan en el viejo Lorenzo Cuevas.
Como algo positivo han señalado que se haya demolido ya, antes del periodo lectivo,
el fondo sur, que es la parte de la grada que está más próxima al colegio.
Pero todos los escombros de esa zona permanecen ahí y será necesario transportarlos, junto al resto,
en camiones.
Ese trasiego de
vehículos pesados, que aún no ha comenzado, es una de las mayores preocupaciones de estas familias.
También señalan aspectos como
el ruido y el polvo, que seguramente obligarán a mantener cerradas las ventanas de la fachada norte del centro escolar cuando todavía hace bastante calor.
El fondo sur, reducido a escombros, que habrá que sacar del estadio.
Desde el Ayuntamiento de Marbella aseguran que se ha realizado un "gran esfuerzo de
coordinación" para que las obras afecten lo menos posible al entorno.
Así lo explicó la alcaldesa,
Ángeles Muñoz, el pasado día 28 de agosto, en una visita que realizó al estadio, pero sus promesas suelen tener poco valor.
"Hemos mantenido
muchas reuniones con el colegio Santa Teresa para coordinar", señaló, e insistió en que el contacto sería permanente.
Según explicó, los alumnos no accederán por la puerta situada en la calle Magallanes, sino que lo harán por la que está al sur, en la
calle Rodrigo de Triana.
De todas formas, el paso de camiones será
un peligro evidente, tanto en el horario de entrada como en el de salida.
A este respecto, la directora general de Obras, Amparo Corral, señaló que "cuando llegue el momento se sabrá por dónde saldrán los camiones".
Por ahora, continúa la demolición en la
grada de preferencia, junto a la calle Ricardo Lucena Sola, en la que se ha prohibido ya aparcar.
Desde el Ayuntamiento repiten que se buscará "minimizar el impacto de las obras en el día a día de la ciudad", algo que está por ver.
Parece claro que en el colegio Santa Teresa va a ser complicado reducir las molestias de una obra de esta envergadura durante tanto tiempo.
Hay que tener en cuenta que, una vez concluida la
demolición de viejo estadio, que debe estar lista en noviembre, debería empezar la construcción del nuevo.
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