Sobriedad y luto en la procesión del Yacente y la Soledad por Marbella

Madre e Hijo se han encontrado a la 1:15 de la madrugada en la plaza de La Encarnación, en un momento emotivo, previo al encierro.

La Virgen de la Soledad se ha quedado ya en el templo, mientras el Yacente emprendía camino hacia la Plaza del Santo Sepulcro, a la que llegaba alzado a pulso.

Con la bajada del trono, ya en la capilla, a cargo del hermano mayor de la Pollinica, Francisco Gil, a la 1:40 horas, concluía la Pasión en Marbella.

Pero este Viernes Santo había comenzado por la mañana, con la Velada Legionaria al Yacente, entre las 13:00 y las 15:00 horas, en la iglesia de la Encarnación, a cargo de miembros del IV Tercio de la Legión Alejandro Farnesio de Ronda, presentes durante toda la jornada.  

Ya por la tarde-noche, pasadas las 20:00 horas, tuvo lugar a las puertas del Ayuntamiento el acto de solicitud para el uso del Pendón de la ciudad, que a partir de ese momento abrió el desfile procesional. 

Instantes después, se llevó a cabo el traslado del Yacente a hombros de los legionarios, desde la Encarnación hasta la plaza del Santo Sepulcro, para su entronización antes de iniciar la estación de penitencia. 



El alcalde entregó al trono el toisón de la ciudad, que fue colgado en la campana, en una novedad este año. Unos minutos antes de las 21:30 horas se ponía en marcha el cortejo, recibido desde el balcón de la Casa Hermandad por una saeta a cargo de Mari Carmen Molina. 

Desde allí, la procesión emprendió rumbo a la plaza de la Iglesia, que ya estaba llena de gente. En esta ocasión se produjo un primer encuentro entre el Hijo y su Madre en el interior del templo, que estaba a oscuras, donde la cantante Diana Navarro interpretó una espectacular saeta. 

Tras este acto, el Yacente volvió a la calle y emprendió recorrido por la calle Carmen, mientras desde el templo salía Nuestra Señora de la Soledad, a las 22:00 horas, con el bastón de mando que le habría entregado el alcalde.

Enseguida retumbaron sobre el empedrado los golpes de las horquillas de los hombres de trono que iban, como siempre, descalzos. Este año no hubo acompañamiento musical con marchas fúnebres. 


La Virgen de la Soledad iniciando su desfile procesional tras el Yacente. (Foto: J.C.A.)

La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, considerada la más antigua de Marbella, desfiló tras los nazarenos vestidos de riguroso negro, algunos de ellos con cola.

La acompañaron también representantes del Cuerpo de Bomberos, con su jefe, Medardo Tudela, así como el Comisario de la Policía y el Capitán de la Guardia Civil. 

El recorrido subió por Virgen de los Dolores hasta Puente de Ronda para enfilar por la calle Ancha y bajar hasta Puente Málaga, con la solicitud de venia ante la tribuna. Muchísimo público en este punto como es habitual.

De allí, pasó por la plaza Practicante Manuel Cantos para llegar a Ramón y Cajal y subir por Huerta Chica hasta la plaza de Los Naranjos y buscar la calle Carmen.

Tras realizar la estación de penitencia en la iglesia de La Encarnación, el trono del Yacente esperó en la puerta del tempo la llegada de la Soledad. Ahí tuvo lugar un breve encuentro, con ambos en paralelo.

Tras ese momento emotivo, el Yacente emprendió recorrido, acompañado por la Legión, hacia la Casa Hermandad en la plaza del Santo Sepulcro, para cerrar la Semana de Pasión.


Los miembros del Tercio de la Legión de Ronda, llegando la plaza del Santo Sepulcro. (Foto: J.C.A.)