Después de la polémica noche del jueves en el Starlite Festival y la tensa mañana del viernes, llegaba la noche para que las aguas volvieran a su cauce y el público que subía hasta la cantera de Nagüeles pudiera disfrutar de la música y el espectáculo de uno de los grandes de la música española.
Un Miguel Bosé por el que no pasan los años y que de nuevo demostró ser un artistas con mayúsculas, de esos que se transforman sobre las tablas par derrochar talento y carisma y poner el público a sus pies desde el primer segundo.
Con una rigurosa puntualidad, a las 22:30 horas, el espectáculo arrancaba con su fuerza habitual tras la presentación de todos los componentes de la banda, a modo de títulos de créditos de una serie de los 80 y "con la colaboración especial de... Miguel Bosé".
Vestido entero de negro, no necesita nada más para llamar la atención y poner el público a sus pies con solo salir al escenario. "Sereno" y "Duende" eran los dos primeros temas que sonaban para arrancar una cita inolvidable y que precedían a uno de los grandes himnos del cantante español, "Nena".
Era el momento de hacer las presentaciones. Y un simpatiquísimo Miguel Bosé aseguraba al público de Marbella que iban a ser "testigos de algo único". Una noche especial que recordarían siempre con un extenso repaso a 40 años de música.
Así fue el turno de interpretar "Aire Soy" "Amo" y "Mirarte" para empezar en 1986, trasladarse a 2014 y volver a retroceder a 2001, que son los años en los que salieron dichos temas. No engañaba Bosé que iba a hacer un amplio recorrido a su carrera.
Siempre comprometido con causas solidarias, Miguel Bosé ha explicado su compromiso por dejar un mundo mejor a sus hijos, "algo que cada vez veo más difícil".
"Perdonad que me alargue con este tema, pero es que me afecta mucho", apuntaba el artista español, quién también criticaba, sin nombrarle, a Donald Trump, e incluso bromeó al asegurar que "a los señores no les queda bien el teñido rubio, eso hace que quieran levantar muros".
Bosé inició el concierto en lo alto de esta escalinata desde donde realizó una triunfal entrada. (Foto: J.Z.)
Tras la larga introducción, interpretaría el tema "Nada Particular" y seguiría la noche con "No hay ni un Corazón".
Uno de los momentos más especiales de Bosé llegaba al cantar la "Amiga" "una canción que está dedicada a una persona que ya no está y que cada vez me cuesta más".
Es difícil describir con palabras la emoción que sobrecogió la cantera de Nagüeles, con un artista visiblemente afectado por el recuerdo a su sobrina y amiga Bimba Bosé.
La emoción dejaba paso a la nostalgia con un recorrido por canciones de siempre que han puesto de pie al auditorio marbellí. Así de una tacada fueron sonando "Morir de Amor", "Creo en ti", Linda", "Hojas secas", "Superman", "Diablo" y "La Chula".
No había ni un segundo de descanso para Miguel Bosé, que no se ausentó ni un segundo del escenario. "Estaré" era el siguiente tema en sonar, "una canción dedicada a mis ojos, que aunque esté lejos siempre podrán sentirme en su corazón", aseguraba.
A partir de aquí el artista cogería carrerilla con la interpretación de varias de sus canciones más populares. "Sevilla" hacía enloquecer a un auditorio que estaba entregado desde el primer acorde y que agradecía cada recuerdo que Bosé conseguía transmitirle con sus canciones, trasladándoles a épocas y recuerdos de años anteriores.
"Morena Mía", "Si tú no vuelves" y "Gulliver" cerraban, al menos de momento, el concierto que repasaba sus 40 años de carrera musical.
Pero aún quedaba más. Con Bambú regresaba al escenario, para pasar por "Solo si" antes de revolucionar por completo al público de Marbella con "Amante Bandido", sin duda la canción más popular del artista y que sigue despertando pasiones.
"Hacer por hacer" parecía que era el tema con el que iba a cerrar el concierto, pero tras otro amago de despedida sería finalmente "Te Amaré" con el que Miguel Bosé cerraba una noche eterna, única e inolvidable en el que los 3.000 afortunados que asistieron a su concierto recordarán para siempre.