La indignación se ha hecho patente de nuevo este jueves por la tarde en la
asamblea convocada para tomar medidas ante el retraso de las obras del nuevo instituto.
Según ha explicado
Jorge Gil, presidente de la AMPA La Florida del CEIP Mario Vargas Llosa, existen
problemas en la construcción del nuevo centro educativo, que empezó el pasado mes de febrero.
El objetivo que siempre les ha prometido la Junta de Andalucía es que estaría listo para
comenzar el curso 2023-24, es decir, para el próximo mes de septiembre.
Pero esto ahora lo ponen en duda, ya que, según ha explicado, las
obras están prácticamente paralizadas, ya que "solo hay cinco obreros".
El problema es una "cuestión económica" ya que las
obras se han encarecido en "un millón de euros", ha explicado a los 60 padres y madres que han acudido a la reunión.
También les han informado de un reciente encuentro de las ampas con
Miguel Briones, delegado en Málaga de Educación. "Nos dijo que el problema es de materiales", señaló.
Además, el responsable de la Junta les anunció que el instituto no estará listo al menos
hasta diciembre de 2023, con lo que cual allí no comenzaría el próximo curso.
La administración autonómica, según Jorge Gil, no estaría dispuesta a
hacer frente a ese sobrecoste y temen que la empresa pueda renunciar, lo que obligaría a empezar de nuevo el procedimiento de contratación.
En las
aulas prefabricadas que están utilizando ahora mismo los alumnos del SESO Dunas Las Chapas "ya no caben más, están hacinados".
"Consideramos que se puede
llegar al mes de septiembre, que es viable, pero hace falta voluntad política", ha señalado el representante de la ampa del Vargas Llosa.
Todos los asistentes han coincidido en que sus hijos no pueden estar un año más en los barracones, por lo que han
aprobado volver a movilizarse.
En concreto, aunque le irán dando forma,
prevén una protesta aprovechando algún acto concurrido con motivos de las navidades y también una en el
próximo pleno ordinario, que será ya a finales de enero.
Temen que el instituto no esté listo hasta el curso 2024-25 y
apuestan por presionar tanto a la Junta como al Ayuntamiento de Marbella.
Ya el año pasado, también coincidiendo con el pleno de enero, protagonizaron otra protesta en la plaza de Los Naranjos, que tuvo que concluir antes de tiempo por la presión de la Policía Local.
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