La aparición de la lluvia en cualquier procesión siempre obliga a toma decisiones rápidas y complicadas. En esta ocasión, quizá precipitada, ya que fue un chubasco muy ligero, además con los tronos muy cerca de la iglesia de la Encarnación.
Pasaban pocos minutos de las diez de la noche y finalmente
se decidía acortar el recorrido, eliminando quizá la parte más atractiva, con el paso por las estrechez de calles como Lobatas, Atarazanas, Postigos o Aduar.
Con la Virgen Blanca resguardada en la Encarnación, el Cristo de la Columna enfiló
con marcha de lluvia su regreso, acortando por Chorrón para desembocar enseguida en la calle Ancha y alcanzar la ermita.
Allí espero la llegada de su Madre, que hizo
un regreso exprés, por Carmen y Virgen de los Dolores hasta Puente de Ronda para subir rápido la calle Ancha.
Eran las 23:10 horas cuando llegaba a la Plaza del Santo Cristo y se iniciaba
el anticipado encierro, con mucho público.
A las 23:30 concluía el accidentado desfile, tras
tres horas y sin hacer gran parte del recorrido por el Barrio Alto de Marbella.
Hubo tristeza, porque no era una noche cualquiera, era la primera procesión de la hermandad en tres años, su 50º aniversario y, además, estrenaban
un precioso trono de madera. obra de Juan Carlos García, aún sin terminar, para el Cristo de la Columna.
De nuevo desfiló en solitario, sin las tallas del sayón, el verdugo que azota a Jesucristo, y la del soldado romano, que tuvo hasta 2017.
La Virgen Blanca saliendo de la ermita del Santo Cristo, en el barrio de Leganitos. (Foto: J.C.A.)
La procesión había
arrancado a las 20:30 horas desde la ermita del Santo Cristo y por entonces se esperaba una gran estación de penitencia.
El Lunes Santo en Marbella es noche para
las saetas, algunas de las cuales no se pudieron cantar por la variación en el recorrido.
La primera hora y media transcurrió con normalidad. Por delante, la
Sección de Tambores de Algatocín y con el Cristo de la Columna la
Agrupación Musical de Marbella.
Enseguida, la primera saeta, en la calle Ancha y, a continuación, la Virgen Blanca, con sus nazarenos con túnicas blancas y capirotes verdes y la compañía de la
Banda de Música Las Flores de Málaga.
Tras llegar a Puente de Ronda, los tronos enfilaron por la
estrecha calle Remedios, rozando los balcones y obligando al poco público que cabía a pegarse al máximo a las paredes.
El giro para tomar la
calle Virgen de los Dolores y bajar su pendiente fue uno de los momentos en los que también los hermanos de trono tuvieron que demostrar, una vez más, su destreza.
Recorrido descendente para realizar la Estación de Penitencia en la
parroquia de La Encarnación. Ahí apareció la ligerísima lluvia y lo trastocó todo.
El recorrido se acortó y el Lunes Santo acabó antes de lo previsto en Marbella para disgusto de los cofrades y del público.