Aún no se apagan los ecos del violento tiroteo que sobresaltó la tranquilidad en el centro comercial de Las Chapas el pasado sábado a primera hora de la tarde y en el que un hombre fue acribillado a tiros por dos sicarios encapuchados.
Según ha publicado la prensa irlandesa, el fallecido es Gerard "Hatchet" Kavanagh, un alto miembro de la conocida banda criminal controlada por el padrino Christy Kinahan, que tiene su sede en la Costa del Sol, donde se dedica al tráfico de drogas y al cobro de deudas.
Kavanagh tenía una largo historial delictivo. Fue encarcelado durante cuatro años en 1996, cuando tenía sólo 25, por tráfico de heroína en la zona de Crumlin.
Tras su condena, Kavanagh entabló relación con otro gánster, Paul Rice, que fue encarcelado durante 10 años en julio de 1995 después de declararse culpable del robo de un banco en el que hubo disparos.
Juntos crecieron en el negocio de las drogas antes de que Kavanagh se trasladase a España para continuar sus actividades.
Estuvo viviendo, siempre según el diario "Irish Mirror", en Benalmádena durante casi una década con su esposa y sus dos hijos, una chica que se dedica a la hípica, y un varón que es boxeador. Ahora se teme también por su seguridad.
Venganza
Además, según este diario irlandés, la banda de Kavanagh estaría planeando la venganza y buscando en Dublín a la mujer del que consideran dio la orden de cometer el crimen como mejor forma de llegar hasta él. La policía ya está alerta para intentar evitar un nuevo acto violento.
Según estas informaciones, el fallecido estaba bajo la amenaza de la mafia rusa, que le acusaba de no haber pagado por un asunto de drogas.
La policía sospecha que fue traicionado por alguna persona cercana, llevándolo el sábado por la tarde al pub Harmon's, en la zona de Elviria, en Las Chapas.
Allí, a poco de llegar, acompañado por este supuesto amigo y tras pedir una bebida, fue abordado por dos hombres, vestidos como nijas según testigos, que le tirotearon sin darle opciones, en una acción propia de profesionales, con una decena de disparos, algunos de ellos por la espalda.
Ahora vivía con su mujer y su hija en Estepona. Su hijo boxeador tiene vínculos con el gimnasio de Matthew Macklin (MGM) en Marbella, según informa "Irish Mirror".
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