Tras las informaciones publicadas en los últimos días por
Marbella24horas sobre el importante aumento de la criminalidad en el municipio, la alcaldesa ha optado por echar balones fuera este martes.
Muñoz ha señalado que "la criminalidad y la seguridad
no es una competencia municipal, sino del Gobierno central".
Debería explicar, por tanto, por qué ha invertido tanto dinero en las
cámaras de videovigilancia, instaladas por el Ayuntamiento, o por qué presentó un plan de seguridad antes del verano, por ejemplo.
Pero, como es habitual, la regidora prefiere utilizar la táctica del avestruz cuando los datos son negativos, como ha ocurrido con el
último Balance de Criminalidad, publicado por este digital.
Y se ha quejado, incluso de
no tener el apoyo suficiente "como en otras ciudades" para hacer frente a la seguridad ciudadana, pese a haber dicho poco antes que no era competencia del Ayuntamiento.
La alcaldesa ha anunciado que mantendrá una reunión con el
ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para abordar este asunto "con las cifras sobre la mesa".
Y ha añadido que Marbella tiene que "optar a una
comisaría de categoría superior a la que tiene por población", que será una de sus demandas.
Mientras tanto, sigue sin poner a disposición los
terrenos de La Torrecilla para que el Gobierno acometa, como tiene previsto, una nueva comisaría, algo que no puede hacer porque aún no está lista la parcela.
Es el mismo sitio, aún sin urbanizar por la falta de unos permisos de la Junta de Andalucía, donde irá el
nuevo Palacio de Justicia.
Para concluir sus declaraciones, Ángeles Muñoz ha utilizado otro argumento habitual y es el que la
población de Marbella es mayor que la que está empadronada y sobre la que se hacen los cálculos.
Un recurso manido, como si el municipio fuera el único que recibe turistas en toda España o el único que tuviera una población flotante.
"Las estadísticas no reflejan la realidad, como ya ocurrió con la Covid-19", ha concluido Muñoz, despejando balones en todas las direcciones.
Sin embargo, el PP, su partido, lleva años atacando con fuerza a la
alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por los altos índices de delincuencia.
Algo similar ocurre en Valencia, donde también los popular acusan a su regidor,
Joan Ribó de la "inseguridad" que se vive en la ciudad.
En cambio, en Marbella, la alcaldesa del PP no tienen nada que ver con este asunto y echa balones fuera en el habitual
doble rasero del PP.
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