Monterroso ha incidido en que el avance de la sectorización aprobado en el pasado Pleno, sin el apoyo de IU, es concluyente en relación a la dificultades de carácter ambiental, de límite de superficie y en materia de accesibilidad.
"Hay que rediseñar los viarios para hacerlos operativos, construir un nuevo puente sobre la A-7, que pase entre los dos centros comerciales de La Cañada, mejorar los enlaces desde la zona este y los accesos desde la carretera de Ojén", considera.
Por su parte, Díaz explica que “las cesiones obligatorias del suelo del alcornocal y el pasillo ecológico existentes, hacen que los suelos para la instalación de las nuevas naves industriales haya que situarlos al oeste del ámbito, o sea, a escasos metros de las urbanizaciones La Torrecilla, Lomas Bellas y La Serranía, con lo que el conflicto con los vecinos de estas zonas está servido”.
El avance presenta también conflictos en cuanto al movimiento de tierras, la utilización de zonas con pendientes supriores al 35%, el mantenimiento inamovible de la red hidrográfica y la posibilidad de incluir viviendas. En definitiva, sostienen que esta zona de oportunidad se sitúa en un ámbito topográfico y ambientalmente poco adecuado para su finalidad.
Monterroso expone que “desde el equipo de gobierno del PP se está haciendo una llamada casi a la desesperada a la Junta para que le otorgue al proyecto la calificación de estratégico y permita utilizar para su tramitación la vía del Decreto-Ley 7/201, que relaja las protecciones y afecciones".
"Aún así, siguen presentándose numerosos problemas, como la necesidad de modificar las conexiones con la carretera de Ojén o incorporar nuevas conexiones con la AP-7”, añade.
Miguel Díaz considera que el proyecto tiene "difícil encaje", ya que el ámbito de La Serranía tiene 841.000 m2, de los que 505.000 m2 son para áreas libres, con lo que tenemos útiles menos de 340.000m2, exactamente los que tiene el actual polígono industrial de La Ermita, lo que significa que antes de desarrollarse, La Serranía "ya está limitada para acoger el traslado, y mucho más para permitir futuros desarrollos empresariales”.
Díaz considera imprudente que la alcaldesa “se dedique a generar falsas expectativas, como ya ocurrió con la ampliación del Puerto de La Bajadilla, el proyecto de Los Rascacielos o el Recinto Ferial Permanente".
"La obsesión de Muñoz es proyectarse como impulsora de grandes proyectos estratégicos pero, al final, todo se queda en humo, mientras que sí es real que es incapaz de terminar obras concretas y urgentes como la piscinas de Miraflores o la residencia de mayores del Trapiche del Prado, que están pendientes desde el inicio de su mandato hace casi siete años”.
Para todo ello desde IU se considera conviene “replantear el proyecto y ajustarlo a lo que se determine en el estudio de Impacto Ambiental, un documento que falta y que ha de evaluar su integración paisajística, sus condiciones topográficas y una protección de las masas arbóreas con garantías.