Concluye así la Semana de Pasión en Marbella, a la espera de la Resurrección, y lo hace de forma inesperada, ya que, pese a la noche fría y con viento, no se preveían precipitaciones.
Todo transcurría con normalidad hasta que, en torno a las 00:25 horas, ha
comenzado a lloviznar y han aparecido los nervios entre los cofrades.
El Yacente se encontraba en la plaza de Los Naranjos, desde donde ha iniciado un rápido recorrido hasta la iglesia de La Encarnación.
Más lejos estaba la Soledad, que se vio sorprendida por esa ligera lluvia en la avenida Ramón y Cajal, desde donde inició también con paso ligero su camino hacia el templo, sin parar en ningún momento.
A las 00:35 horas, ambos tronos estaban ya bajo techo, en la iglesia, donde tuvo lugar el encuentro, con una marcha fúnebre intepretada por la Agrupación Musical de al Pollinica.
Para cerrar la noche, el Yacente abandonó el templo para su encierro en la Casa Hermandad, acompañado por el piquete de la Legión entonando, ya por última vez, el "Novio de la muerte".
Así terminó la procesión, alterada en su parte final por una ligerísima lluvia que obligó a decidir rápido a ambas cofradías (Yacente y Soledad), que optaron por acelerar el paso, aunque al final fueron apenas unas gotas.
Como es habitual, esta jornada había comenzado por la mañana con los actos previos a la procesión de la noche. El primero, como siempre, la Vela Legionaria al Yacente, entre las 13:00 y las 15:00 horas, en la iglesia de la Encarnación, a cargo de miembros del
IV Tercio de la Legión Alejandro Farnesio de Ronda.
Los caballeros legionarios procesionaron tras el Cristo Yacente por Marbella. (Foto: J.C.A.)
Ya por la tarde, en torno a las 19:30 horas ha tenido lugar a las puertas del Ayuntamiento la solicitud para el uso del Pendón de la ciudad.
Instantes después, traslado del Yacente, por parte de los legionarios, que lo han llevado, mientras entonaban el "Novio de la Muerte", hasta la plaza del Santo Sepulcro para su entronización.
A continuación, en la pequeña plazoleta, han tenido lugar distintos actos como el recuerdo a los hermanos fallecidos y la imposición de medallas a los hermanos honorarios: el Ayuntamiento, el tercio de la Legión, la Policía Nacional, Local y la Guardia Civil.
A las 20:30 horas se han abierto las puertas y el Yacente ha sido recibido desde el balcón de la Casa Hermandad por una
saeta a cargo de Mari Carmen Molina. La noche era fría y con viento.
La procesión emprendió rumbo a la plaza de la Iglesia, que ya estaba llena de gente. El Hijo esperó la salida de su Madre durante casi media hora, mientras en el interior del templo, a oscuras, la cantante Diana Navarro interpretaba una espectacular saeta, que se pudo escuchar mediante altavoces desde fuera.
A las 21:30 horas, comenzaba a organizarse la procesión de la Soledad, mientras el Yacente avanzaba a por la calle Carmen, hacia la plaza Puente de Ronda, seguido por el piquete de la Legión.
La Virgen de la Soledad, iniciando su recorrido, portada por los horquilleros. (Foto: J.C.A.)
Enseguida retumbaron sobre el empedrado los
golpes de las horquillas de los hombres de trono que iban, como siempre,
descalzos.
La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, considerada la más antigua de Marbella, desfiló tras los nazarenos vestidos de riguroso negro.
La acompañaron también representantes del Cuerpo de Bomberos, y de otras cofradías de Gloria como la de la Virgen del Carmen y la de San Bernabé.
Este año el recorrido ha vuelto a ser conjunto en su totalidad, ya que el pasado ambos tronos se separaron en el Barrio Alto para volver a coincidir en Puente Málaga.
En esta ocasión, pasaron por las calles Ancha, San Francisco, Salvador Rueda y Juan Alameda para llegar a la solicitud de venia en la tribuna situada en Puente Málaga y recorrer la zona de sillas de la avenida Nabeul.
De allí, paso por la plaza Practicante Manuel Cantos para llegar a Ramón y Cajal y subir por Huerta Chica hasta la plaza de Los Naranjos y buscar la calle Carmen.
Nervios en la parte final por la ligerísima lluvia, que convirtió la estación de penitencia prevista en la iglesia de La Encarnación directamente en el encuentro. El Yacente entró en su templo sin prisa poco después de la 1:00 de la madrugada tras la saeta de Mari Carmen Molina.