Los turistas que acudan estos días a Puerto Banús se encontrarán con un yate que sobresale sobre el resto, lo cual no es fácil en un lugar donde fondean lujosas embarcaciones durante todo el año. El Sarafsa se encuentra en Marbella, a donde ha llegado procedente de Gibraltar y de donde partirá hacia Monaco, donde es habitual ver esta embarcación.
El yate tiene 82 metros de eslora, lo que lo convierte en uno de los más largos del mundo. En concreto, en 2010 figuraba en el puesto 34 en esta lista, que encabezaba el Dubai, con 162 metros.
La propiedad del Sarafsa se atribuye a la familia real saudí, en concreto al príncipe Fahd bin Sultan bin Abdulazziz al Saud, que habría utilizado el nombre de su única hija, Sara Fahed Sultan Al Saud, para formar el acrónimo que da nombre al barco.
En otras informaciones, el Sarafsa aparece vinculado al rey Abdalá II de Jordania, que lo utilizaría para veranear junto a su mujer, Rania, y el resto de la familia real hachemita.
Al margen de su eslora y de sus 3,8 metros de calado, se trata de una de las embarcaciones más lujosas del mundo, que cuenta con cuatro niveles y una tripulación de 20 empleados. Tiene calefacción bajo el suelo de mármol y también grifos chapados en oro. Dispone de un spa con techo retráctil para dejarlo al aire libre y dos zonas de aterrizaje para helicópteros.
Navega con bandera de las Islas Caimán y fue diseñado por Andrew Wich. Es uno de los pocos yates privados que ha salido del astillero británico de Davenport, donde fue construido en 2008.
Su precio es difícil de calcular, pero se estima en algunas informaciones en 110 millones de euros, algo más de 18.000 millones de las antiguas pesetas.
El lujoso yate navega con bandera de las Islas Caimán. 
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