La edil ha lamentado el “empecinamiento” del equipo de gobierno en mantener la prueba en sábado por la tarde-noche, por lo que reclama que se “busque otro modelo” que no cause este nivel de perjuicios tanto a los vecinos como a los empresarios del sector de la restauración en el centro de Marbella.
Fernández reconoce que una prueba de estas características siempre genera molestias, pero la “obligación” por parte del equipo de gobierno es “reducirlas al mínimo, no multiplicarlas de forma exponencial como ha ocurrido en los dos últimos años”.
Ha recordado que, durante más de tres horas, un sábado por la noche, la carrera dividió el centro de la ciudad en dos mitades, con el consiguiente caos de tráfico, y “sin que existiera ningún tipo de información por parte del Ayuntamiento”, con el agravante de que había ocurrido “lo mismo el año pasado”.
“¿Existía algún plan de movilidad?”, se ha preguntado la concejala, quien lamenta que la única aportación desde el Consistorio fuera un cambio en las líneas de autobús, mientras que los vehículos particulares quedaron “abandonados a su suerte” un año más.
“Tras el desastre, resulta especialmente ridículo, e incomprensible, ver a la alcaldesa presumiendo de la prueba en las redes sociales”, ha añadido.
Fernández considera evidente que hay que “buscar otro formato” para una prueba que, además, ha tocado fondo en participación, con solo 1.250 atletas, la “cifra más baja que se recuerda en muchos años”, pese a que fue uno de los "eventos estrella" que se presentaron en la pasada edición de la Feria de Turismo de Madrid (Fitur).
“Ya era lamentable haber conseguido el año pasado solo 1.400 inscritos cuando se aspiraba a 2.500”, ha señalado Fernández, pero en esta edición todavía han sido menos.
El balance “no puede ser peor”, señala, más aún si tenemos en cuenta que la organización de cada una de estas dos ediciones “ha costado 150.000 euros”.
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