El dispositivo es también compatible con la resonancia magnética lo que significa que el paciente que lo lleva puede someterse a esta prueba sin ningún proble-ma. Esta intervención, ha sido realizada por la responsable de la Unidad de Marcapasos, Marta Pombo y el jefe del área de Cardiología, Francisco Ruiz Mateas.
El monitor stá indicado para un grupo seleccionado de pacientes que haya experimentado síntomas como mareos, palpitaciones, síncopes y dolor en el pecho que puedan sugerir una arritmia cardiaca y puede ser utilizado en personas con mayor riesgo de padecerlas o para evidenciar el posible origen del ictus de causa desconocida.
Se trata de, una vez implantado, llevar a cabo la monitorización y poder determinar si se producen arritmias, paradas del corazón y por cuánto tiempo, sobre todo, en pacientes con síncopes de alto riesgo que aún no han sido diagnosticados con otras pruebas previas más habituales.
Este dispositivo registra todo lo que va ocurriendo. En palabras del jefe de Cardiología, “el 2% de los pacientes que se ven en urgencias acuden por síncopes, una pequeña proporción de ellos, de alto riesgo, pueden llegar a provocar la muerte súbita”.
Hasta ahora, el monitor que se implantaba se conocía como holter insertable que era de un tamaño mayor y requería de una intervención más compleja mediante la apertura de una fisura para su implantación debajo de la piel.
El nuevo monitor inyectable se sitúa también debajo de la piel (alrededor del pecho o debajo de la mama en el caso de las mujeres), pero se inserta mediante una técnica menos invasiva a través de una incisión de menos de un centímetro en la zona central del pecho, de manera que es casi invisible a la vista una vez inyectado.
Si el dispositivo detecta una alerta mayor, la transmite automáticamente vía internet y es valorada por el enfermero de la Unidad de Estimulación Cardiaca. Si el evento es grave, se activa un protocolo interno y se avisa al paciente para su valoración inmediata.
El nuevo dispositivo es de un tamaño similar al de un tercio de una pila normal, más de un 80% más pequeño que otros monitores. Además de estar miniaturizado, este potente sistema permite al médico monitorizar el corazón de forma continua y sin cables durante más de tres años y con un 20% más de memoria que su predecesor.