López continúa con este tipo de acciones, en las que intentar concienciar a la población de los costes que tiene el servicio de Limpieza y del dinero que se podría ahorrar a las arcas públicas con un comportamiento más cívico.
Resulta contradictorio que, en un equipo de gobierno que se está caracterizando por el despilfarro del dinero de los ciudadanos, se quiera ahora hablar de austeridad si los vecinos recogen los excrementos o no tiran chicles.
Además, pretende hacer responsables de la falta de limpieza en el municipio a sus habitantes, que no saben comportarse.
El concejal ha subrayado esta mañana que “son iniciativas que quieren llamar la atención sobre el coste económico de estas conductas incívicas y del deterioro para la imagen de la ciudad que conllevan”.
Ha señalado que la acción, que hoy se ha desarrollado en la calle José Manuel Vallés, se va a extender a otros puntos del municipio. Se va a utilizar un zurrullo gigante y también algo que simula un bola de chicle.
“Este tipo de campañas aprovecha la propia vía pública como medio de difusión y son necesarias para conseguir que la ciudad esté más limpia y presente el mejor estado posible”, ha precisado el edil.
Ha detallado que el coste anual de la recogida de excrementos de animales es de 180.000 euros y el de la retirada de chicles supera los 110.000 euros.
Menús de 45 euros
Con los 180.000 euros, el concejal asegura que se podrían "haber pagado 3.921 menús a personas con necesidades alimenticias", lo que supone que cada menú costaría 46 euros, todo un lujo.
“Es un montante que el Ayuntamiento podría ahorrarse e invertir en iniciativas de carácter social para mejorar la calidad de vida de muchos vecinos”, ha asegurado López de forma demagógica.
Ya el pasado mes de abril, este concejal optó por tirar muebles en la calles en una campaña de concienciación sobre la recogida de enseres.
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