El último de los tres grandes conciertos programados para la Feria de San Pedro ha sido el protagonizado por el Canijo de Jerez que ha derrochado talento y alegría sobre las tablas del escenario sampedreño.
Con un cuarto de hora sobre el horario previsto, aparecía en escena el Canijo junto a su banda para empezar a cantar "Hola, Buenos Días". Inicio perfecto en una carpa que no presentaba el aspecto del día anterior con Rosario, pero a la que fue entrando más público conforme pasaban las canciones.
Una vez más la lluvia hizo acto de presencia en el recinto ferial durante toda la jornada lo que dejó a mucha gente en casa y provocó que otros se fueran. Y es que este domingo de feria ha sido una de las jornadas más lluviosas que se recuerdan.
Nada más acabar con este primer tema, el Cajino de Jerez saludó al público que se encontraba en la caseta, "buenas noches San Pedro Alcántara, ni la lluvia ni que sea domingo nos detiene".
Antes de arrancar con uno de los temas más conocidos de Los Delinqüentes dejó un mensaje, "Independencia, Puerto Banús es nuestro". Un gesto simpático hacia San Pedro que hizo que los espectadores aplaudieran al artista jerezano.
El Canijo, junto a los miembros de su banda, disfrutó en el concierto en San Pedro. (Foto: J.Z.)
La noche seguía con el ambiente que crean las canciones del Canijo de Jerez que obligaban a bailar y disfrutar de su mezcla de estilos. Sus canciones en solitario se mezclaban con las de Los Delinqüentes que provocaban las mayores ovaciones de la noche.
El momento de incertidumbre del concierto llegaba cuando se llevaba media hora de concierto. Un apagón en todo el recinto ferial dejó también sin luz la carpa municipal y cortó su actuación. Fue menos de un minuto, que originó las quejas del público. Regresó la luz y rápidamente el Canijo y los suyos retomaban la canción y continuaron sin problemas.
El ambiente siguió inmejorable en una carpa municipal que continuó atrayendo cada vez a más personas para escuchar la canciones del Canijo de Jerez y de Los Delinqüentes, mientras fuera llovía como nunca se había visto en la feria de San Pedro.