En un formato similar al de la Feria de San Bernabé, aunque en esta ocasión con menos espacio, sin ocupar la Avenida del Mar, y también con un horario más reducido, se ha recuperado este evento, que en su día tuvo carácter semanal, y que ahora se circunscribe a tres días.
Supone volver a sacar la fiesta a la calle, coincidiendo con el final de agosto, el mes vacacional por excelencia en España. Hay barras para comer y beber, con la colaboración de las cofradías y hermandades, y también música en directo.
El horario, jueves, viernes y sábado, será desde las 19:00 a las 2:00 horas, y como en el caso de la feria de junio se ha articulado un sistema de limpieza y también de seguridad con Policía Local y Protección Civil.
Los escenarios para las actuaciones estarán repartidos a lo largo de todo el Paseo de La Alameda y serán músicos y academias de la ciudad los encargados de amenizar la feria con flamenco, coplas de carnaval y música tradicional.
La inauguración ha tenido lugar esta tarde con la presencia de las autoridades locales. Ha estado el alcalde, José Bernal, y miembros del equipo de gobierno. También la concejala del PP Francisca Caracuel y el líder de Ciudadanos (C's), Miguel Ángel Hijano.
Los hermanos mayores junto al alcalde y al concejal de Fiestas. (Foto: J.C.A.)
Se ha realizado el protocolario corte de cinta, en el que han participado también los hermanos mayores de las distintas cofradías que colaboran: Cristo del Amor, Nazareno, La Pollinica, San Bernabé, La Columna, Sacramental, El Rocío, Santa Marta y El Calvario.
Después, han realizado un recorrido por todas las barras, donde ya se podía disfrutar a esa hora, por ejemplo, de las primeras actuaciones de las academias de baile y también de la del Dúo Arenal.
Serán tres días de fiesta en el centro de Marbella, en un momento en el que además en la ciudad hay muchos turistas apurando ya sus últimos días de verano en este mes de agosto.
El cartel anunciador que se ha utilizado es una reproducción y adaptación del que en 1965 anunció la “Semana del Sol”. Este detalle tiene como objeto plasmar la esencia de aquella celebración que ponía fin a las fiestas del verano.
Ahora se recupera aquella celebración, en la que además se ha dado la oportunidad a las cofradías para que puedan obtener ingresos y luzcan aún más sus celebraciones, sobre todo las de Semana Santa.