- Cumplido un año del incendio, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza al recordar aquellos días?
- Fui testigo de primera mano. Recuerdo que en principio parecía que no había peligro, que el fuego estaba en Coín, pero el cielo se fue poniendo rojo, cada vez más y las llamas llegaron a Marbella. Me viene rápidamente a la Tenencia, la abrimos y empezamos a ayudar a la gente. Muchas personas no sabían qué estaba pasando.
- ¿Cómo vivió aquella larga noche?
- Fue una situación muy extraña, ibas con el coche, veías el fuego, las piñas te pasaban ardiendo por la cabeza, animales quemándose, gente con la cara desencajada intentando organizarse, familias con las mangueras de la piscina intentando sofocar el fuego. Tienes una sensación de impotencia y de terror. Hubo un momento en que me llamaron y me dijeron que mi hermano (Rafael Mora, jefe de la Policía Local) se había quedado rodeado en una zona con unos vecinos y ahí se te olvida todo.
- En esos momentos, hay que saber reaccionar.
- Yo ahora entiendo que hay personas que en estas situaciones se quedan paralizadas y otras que actúan. Yo aquella noche no me quedé paralizado, cogí mi coche y acabé en la zona de Elviria Hills, quizá fue un poco irracional, pero me metí en el fuego a ayudar a la gente.
- En esos momentos, ¿temió que pudiese haber muchas víctimas?
- No se te pasa por la cabeza, solo piensas en ayudar. Había gente descalza corriendo por la carretera. El temor era que se propagase por las copas de los árboles y hubiese terminado en la playa, en este aspecto tuvimos mucha suerte.
- ¿Lo que ocurrió ha contribuido a aumentar la solidaridad de la gente, tanto en aquel momento para ayudar como después en la repoblación?
- Sí, hubo muchas personas que trajeron alimentos, mantas, etc, estuvimos muy bien cubiertos por la solidaridad de la gente. Y en la reforestación ha habido un programa a través de la delegación de Medio Ambiente, con muchos colegios, y también de Arboretum, que se han unido a la regeneración que ha hecho la propia naturaleza, incluso antes de lo que podíamos imaginar.
- Después de aquella noche, ¿qué ha cambiado tanto en autoridades como en cuerpos policiales, bomberos, ciudadanos…?
- Por lo que se refiere a los ciudadanos, están muy concienciados, conforme se ha ido acercando el verano, en el registro de entrada, gran porcentaje de los escritos presentados han sido para pedir licencia para limpiar parcelas, para denunciar que los terrenos colindantes están sin limpiar, o preguntar qué se va a hacer para evitar otro incendio. El pánico no se ha superado, todo el mundo está pendiente de los setos, los matojos, la arboleda, etc. Aquí en Las Chapas, este tema está muy vivo, se está limpiando constantemente.
- También se está creando una plataforma de voluntarios, ¿no?
- Sí, actuará a las órdenes de bomberos y el primer grupo se va a hacer aquí en Las Chapas. Yo he sido personalmente quien ha llamado a las personas que quiero que sean voluntarias y no hay ni una sola que haya dicho que no. Esa responsabilidad que han asumido todos los ciudadanos que viven en Las Chapas después del incendio me ha dejado perplejo. El recuerdo del año pasado ha hecho que todo el mundo acepte. Ojalá nunca sean necesarios.
- Y en el Ayuntamiento, ¿qué ha cambiado?
- En el pleno de junio pasado se aprobó el Plan Local de Emergencias Forestales que, a nivel de Málaga e incluso a nivel nacional, yo creo que es el mejor que se puede tener, porque no solo hay un plan de actuación inmediata sino también prevención y educación a través de los colegios.
- En la parte privada, ¿qué se ha hecho para paliar los daños?
- Hay que tener en cuenta que casi el cien por cien de la zona quemada es privada y pertenece a las urbanizaciones. Nosotros hemos ofertado las ayudas, hemos dotado estas zonas de contenedores para echar el material quemado, técnicos para que ofrecieran asesoramiento, bonificaciones para las licencias de obras en zonas afectadas... Ha habido casos de viviendas que quedaron muy dañadas, pero no estaban habitadas. Algunas se han puesto a arreglarlas, otras están en ello, espero que en pocos años podemos tapar esta cicatriz.
- En los días de calor de este verano, es fácil tener miedo, ¿verdad?
- Mi preocupación empieza cuando es sábado y domingo, cuando pierdo un poco el contacto con la Tenencia. La gente cuando hace tanto calor piensa en que se puede repetir el incendio, pero aquel día se dieron varias circunstancias como la poca humedad y el viento.
- Si damos una vuelta ahora mismo por las Chapas, ¿qué se ve que nos recuerde el incendio?
- Se ven algunos pinos calcinados, pero luego muy cerca también un alcornoque que parece quemado pero le ves su copa verde nueva, que se está regenerando. El sotobosque ha salido muy rápido. Todavía queda alguna señal calcinada y en la Mairena o en los Molineros aún se ve el monte negro y marrón, aunque ya regenerándose.
- ¿Qué balance hace de la atención en la oficina que se montó en la Tenencia de Las Chapas?
- La llevó Protección Civil, estuvimos aquí tres meses y luego ya se llevó a Marbella porque no venía más gente. Principalmente se venía a pedir información sobre lo que había pasado y también en busca de ayuda. Vinieron un centenar de personas. Por ejemplo, todavía seguimos ayudando al amigo del señor que falleció, no solo a nivel técnico sino a nivel humanitario porque se quedó absolutamente sin nada.
- La mayor parte de los afectados fueron extranjeros.
- Sí, estaban un poco perdidos porque no sabían qué tenían que hacer. Aquí les dábamos asesoramiento, pero sobre todo, venían a buscar el calor e incluso la explicación de lo que había pasado, el porqué.
- A nivel personal, ¿cómo le ha marcado el incendio?
- No lo olvidaré mientras viva. Es algo que te curte, tienes que tener la cabeza muy fría y no te puedes dejar llevar por el pánico. Te das cuenta de que no solo estás para ir a cortar cintas o para coronar a una reina de las fiestas. En esos momentos todo el mundo está pendiente de ti, de lo que puedas decir, y tienes que tomar decisiones correctas. Yo creo que todo salió muy bien, afortunadamente. He aprendido mucho.
- Llamó mucho la atención el buen trabajo de la Unidad Militar de Emergencias.
- Son profesionales, saben lo que vienen a hacer, tú das el paso a atrás cuando llegan ellos. A veces actúas más por instinto que por sabiduría, pero ellos saben lo que hay que hacer. Solo hubo que ayudarles con planos porque Las Chapas es un laberinto.
- Dejamos a un lado el incendio, ¿cómo valora el año y medio que lleva al frente del distrito?
- Las Chapas es la verdadera milla de oro de Marbella, que nadie se ofenda. Tenemos una gran zona verde que es única en toda la Costa del Sol. Son catorce kilómetros de playas, las mejores, con más de 40 chiringuitos. Es uno de los mejores sitios para vivir. Estamos hablando de más del 40% del término municipal, desde Cabopino a Río Real, terreno en el que hay 14.463 habitantes empadronados. Hay una gran calidad de vida en cuanto a densidad de población y zonas verdes.
- Hablamos de una zona del municipio muy cosmopolita pero a la vez muy tradicional.
- Al llegar, me encontré una Tenencia de Alcaldía que hace las veces de ayuntamiento de un pueblecito. Aquí detrás tenemos el hogar de mayores, la guardería, la iglesia, las casas sociales Pueblo Platero, arcos de Elviria, consultorio médico. Creo que conozco personalmente al 95% de la gente que vive cerca de la Tenencia, que son los que están aquí todo el año y participan en la vida de Las Chapas.
- De sus aportaciones al distrito, ¿con cuál está más satisfecho?
- Con las obras de adecuación que se están haciendo. Cuando llegué había un problema puntual que tenía una solución rápida pero ahí estaba, era la famosa rotonda de Acciona que cuando llovía se llenaba de agua. Se llegó a un acuerdo y se arregló y ya nadie recuerda el problema. También dar la licencia de primera ocupación al nuevo polígono industrial, que tenemos dos, el antiguo y el nuevo. Además, se está tramitando el cambio de césped del polideportivo con el director de Deportes, las obras en los colegios, abrir nueva parte del Hotel Don Carlos, arreglar las parcelas de Pueblo Andaluz, las obras en la zona de Andalucía Lab, ahora avenida Cibeles y de los Pinos, los 17 accesos a playas. Pero al margen de las obras, muchas veces me siento orgulloso de poder ayudar al vecino del cara a cara.
- Se ha integrado, por tanto, muy bien en Las Chapas.
- Los vecinos me dicen el "niño". Me sorprendió mucho que cuando llegué me decían que estaba muy delgado y María Dolores, una señora que tiene cerca de 100 años, me trajo unas torrijas para que engordara. El trato humano que hay aquí es lo mejor que yo me he podido encontrar, la cercanía constante.
- ¿No percibe el recelo de los ciudadanos hacia los políticos?
- Yo soy un político muy descarado, cuando me dicen algo por la calle, me vuelvo y quiero que me lo digan a la cara, hablarlo, si tienen razón pues se la doy y se intenta rectificar. No creo que todos los políticos sean malos, estamos viviendo una época muy mala y se nos echa la culpa de todo. Claro que lo noto pero yo lo intento hacer lo mejor que puedo y vengo a ayudar. No sé qué pasará en las próximas elecciones, soy abogado y tendré una salida profesional. Mi paso por la política es ayudar y cuando termine se acabó, no hay más.
- ¿Echa de menos la concejalía de Deportes?
- Nunca tendré palabras de agradecimiento para esos años, los cuatro mejores de mi vida. Fue un reto, un periodo maravilloso, pero era un tiempo que tenía que cumplir y ahora estoy en otros menesteres. Además, hay otro compañero que lo está haciendo igual o mejor que yo. Me apasiona también este nuevo proyecto, me gusta mucho ayudar a la gente y ahora me toca aquí en Las Chapas.
- En la zona no solo hay pinos, también hay mucho suelo industrial.
- Tenemos el antiguo polígono, que lleva muchos años y mucha gente no sabe ni que está. Hay empresas de todo tipo, talleres, cafetería, funciona muy bien. Además, se creó uno nuevo, que tenía un problema de adecuación de las obras de urbanización para las licencias, hay unas naves espectaculares, grandísimas, que poco a poco va teniendo vida.
- A los malos olores de la depuradora de agua también se le va a dar solución, ¿no?
- Se van a hacer las obras para cubrirla y esperemos se elimine el mal olor pronto. En las Chapas se pueden arreglar muchas cosas sin perder su esencia.
- ¿Qué balance hace del cambio de fechas y lugar de la Feria?
- Se cambió de recinto, sobre todo, por el calor y además en el pinar le dimos un aspecto más de romería. El cambio se hizo con el visto bueno de las asociaciones de vecinos pero ha habido críticas de todo tipo. Se han pedido más cacharros, es cierto. Alguna señora me ha dicho que se vuelva poner donde estaba porque le gustaba allí aunque no iba. Este año hemos estado bailando hasta las seis de la mañana. Estoy contento porque ha habido mucha más gente y se ha disfrutado mucho, aunque todo es mejorable claro. Respecto a las fechas, ha sido por unirla a la Virgen del Carmen.
- Para concluir, un deseo para lo que queda de legislatura.
- Que haya trabajo, que no haya madres desesperadas que vengan y te digan que no tienen para comer. Ese es mi deseo. También que no haya más incendios, claro.