"La estabilidad no está reñida con la pluralidad, el caos lo tenemos ahora"

- ¿Qué balance realiza de esta segunda legislatura de Ángeles Muñoz?
- Ha sido una legislatura fallida en la que ha ahondado en los déficit que tenía como alcladesa. Menos democracia, más gobierno contra la gente, menos participación y, de forma descarada, se ha confundido el ayuntamiento con el partido. Todo el desarrollo de los distritos ha sido para poner sedes del PP en los barrios y fomentar el clientelismo con una estructura de perfil mafioso. Es la alcaldesa del paro y de las imputaciones de concejales por presunta corrupción. Se han dado situaciones que recuerdan al gilismo como el corte de la cinta de la inmobiliaria. Ha sido Ángeles Muñoz sin careta y otra legislatura supondría volver a los años de plomo del GIL. 

- ¿Cuál ha sido el principal error de la alcaldesa?
- No contar con la gente, gobernar de espaldas a los ciudadanos. Hemos tenido ejemplos muy claros como las talas de árboles en el centro de Marbella, una estación de autobuses, que está cerrada, frente a un colegio, políticas de subidas de impuestos. En el peor momento se ha cebado más con la gente. 

- El PP presenta una Marbella idílica, ¿cómo la ve IU?
- Marbella y San Pedro pueden con todo, son lugares idílico pero no por Ángeles Muñoz, sino a pesar de ella. Hay unos valores naturales, un clima muy particular, una industria turistica, comercial, mucho potencial. Se pudo con el gilismo y ahora con el neogilismo. Nosotros vemos la Marbella invisible de los que sufren cortes de luz y agua, gente que acude a los comedores sociales, desempleados, demandantes de viviendas. De lo idílico nada tiene que ver con las políticas de Angeles Muñoz. 

- ¿Ve posible un cambio el domingo?
- Tiene que haberlo, no pienso otro horizonte, así lo siento. Percibo que la ciudadanía también quiere ese cambio y lo va a manifestar en las urnas para acabar con 24 años de mayorías absolutas, del gilismo y del neogilismo, de gobiernos que utilizan el poder para gobernar contra la gente, no hay diálogo sino imposición. La ciudadanía ha tomado nota y, a nivel general, va a ser la tendencia, rupturas de mayorías absolutas, con arcos parlametarios más plurales. 

- ¿Su rival en las urnas será la marca de Podemos?
- Entendemos que Podemos no se presenta a las elecciones. Por un lado, está Ángeles Muñoz que oculta sus siglas y, luego hay otro partido que quiere vivir de la renta de unas siglas con las que se quieren identificar pero que no se presentan. Nosotros estamos orgullosos de las nuestras, de nuestros candidatos y de nuestra trayectoria. Hago un llamamiento a la ciudadanía para que sean justos a la hora de valorar qué proyecto lleva comprometido con la ciudad durante muchos años y representa a la izquierda que lucha contra la desigualdad, las injusticias, a favor de la democracia y la transformación. Que no se se dejen llevar por las olas y los advenedizos que buscan un rédito de un trabajo que no han hecho y de unas políticas que no representan en Marbella.

- ¿Esa pluralidad sería positiva, o sería el caos como dice el PP?
- La democracia es una suma de voluntades, negociación, acuerdo, hay ejemplos de que hay menos corrupción, más control social, más políticas consesuadas cuando hay gobiernos con distintas opciones. El caos es el que ya tenemos, un gobierno que no atiende a la ciudadanía. No es todos contra Ángeles Muñoz, sino ella contra todos. Cuanto más haya que negociar y con más pluralidad habrá más democracia. La estabilidad no está reñida con la pluralidad. 

- Si el PP no logra mayoría absoluta, tendra que haber acuerdos. ¿Lo ve posible?
- Sería un fracaso si no los hubiera, como lo ha sido que no los haya habido con la mayoría absoluta. La ciudadanía pide acuerdos y nosotros no estamos cerrados, pero no con siglas sino con ideas, con medidas innegociables, estrategias de gobierno concretas, con un sistema de evalucación del pacto que permita fiscalizar que se está cumpliendo en los plazos exigidos. La gente quiere políticos que se entiendan y eso se llama pactos, no mayoría absoluta. 

- Pero tiene que gobernar alguien, con pactos entre partidos.
- Sí, por supuesto, estamos abiertos a conformar una mayoría y a colaborar, a que se pueda armar un proyecto entre los respresentantes de los partidos. En ese escenario, entendemos que el que queda fuera es el PP, lo demás es negociar y IU aspira a poder liderar ese gobierno. Va a haber más pluralidad y podemos tener protagonismo. 

- ¿Qué le pareció el debate en RTV Marbella, un nueve contra una?
- No creo que fuera un nueve contra una, aunque la alcaldesa buscó una estrategia victimista. Es sano que haya debate con todos, aunque televisivamente no es el formato más atractivo, pero la democracia exige que se conozca a todos. Nosotros fuimos los primeros en pedir un debate. Se vio que hay un gran desnivel en el conocimiento del Ayuntamiento entre los candidatos. Se hicieron propuestas pero no se pudo ahondar más por el formato.  

- ¿Cuál sería el proyecto estrella del programa electoral de IU?
- Tenemos un proyecto integral, pero si tenemos que destacar uno, la principal preocupación es el empleo. Nuestra seña de identidad, dentro del proyecto a nivel nacional de empleo garantizado, es crear una Red Local de Empleo, que permita que desde el ayuntamiento, en cooperación con ONGs locales, se genere trabajo. Aportaremos cinco millones de euros de los presupuetos para programas de empleo garantizado. Es una planificación democrática de la economía, utilizando a los agentes sociales y económicos. Se crea empleo y se dan nuevos servicios. También tenemos el plan contra la estacionalidad, fomentar la transparencia y la democracia, y la remunicipalización de servicios públicos, por ejemplo. 

- En un escenario en el que IU formase parte del gobierno, ¿cuál sería su primera decisión? 
- Tenemos cinco decisiones para los primeros 100 días de gobierno y las queremos incluir en cualquier acuerdo. Hablamos del plan a favor de la tranasprarencia y participación, porque la primera transformación es la democrática. Rescatar el transporte público, poner en marcha la Tenencia de Alcaldía de San Pedro Alcántara, y la intervención social en un programa de pan, trabajo y techo. 

- Parecen ideas asumibles por prácticamente el resto de los partidos, ¿no? 
- Son ideas de sentido común, no creo que efectivamente sea difícil el acuerdo. Con los que es difícil llegar a un pacto es con los que no quieren, que es el PP. Ellos buscan la privatización frente al modelo público, apropiarse de las instituciones para sus intereses frente a la democracia, dividir San Pedro en dos. Con el resto esperamos poder negociar y plantear y, si se da el caso, ganaría Marbella y San Pedro. 

- ¿Hasta qué punto se pueden recuperar servicios como el agua y el transporte?
- El del transporte es más factible. El agua sí es más complejo, pero se podría, no a coste cero posiblemente. Hay acuerdos que vinculan y Muñoz cobró por adelantado, por lo que habría un coste económico, pero se puede reducir. La factura del agua una vez que sea municipal será un 25% más barata, cabría margen para que se pueda financiar ese rescate. Además plantearíamos las prácticas irregulares de la empresa como la sobrexplotación de los pozos. Con el sistema municipal no habría cortes de agua en Marbella. En París se ha rescatado el agua, no es algo ilusorio. 

-  ¿Sería posible arreglar el saneamiento, que no se inunde el municipio?
- Claro, hacer esas infraestructuras sería una prioridad. Es algo que no se ha llevado a cabo hasta ahora, para Gil lo que no se veía no le interesaba y tenemos un subsuelo sin separación en las conducciones. Además, hay otras cuestiones como canalizar agua reutilizada para el riego de jardines públicos, que ahora se está haciendo con agua potable, o en el baldeo de las calles. 

- ¿Qué se puede hacer con La Bajadilla?
- Garantizar que no se salga de la concesión y que se mantengan criterios básicos como la sosteniblidad ambiental, social y económica. Que no haya otro polo comercial que acabaría por matar el comercio de los barrios y del centro, o que no se haga un hotel ocupando el mar, una obra farónica insostenible. Queremos que venga más turismo náutico, nos parece adecuado, con cruceros de mediana eslora, y que la flota pesquera tenga un espacio preferente.

- ¿Qué opina de la politica de vivienda pública de estos años?
- Ha sido inexistente, solo se han promovido 144 viviendas y de promoción privada. Se ha repercutido el valor del suelo en la promotora, lo que, unido al fin del ciclo inmobiliario y la sequía en el crédito hipotecario, supuso que obtener uno de estos pisos fuera una condena para los agraciados y la mitad están vacías. Nosotros promoveríamos una red de alquiler social. El PGOU preveía 9.500 viviendas protegidas que no se han hecho, pero sí se intentaron construir rascacielos.

- ¿Son partidarios de compensar la deuda de la Junta con equipamientos?
- Puede ser viable siempre y cuando se haga con todas las bases legales. Si no se hace así es un brindis al sol. Esto tendría que aparecer en los presupuestos del ayuntamiento y de la Junta, hay que hacerlo con seriedad. Cuando fuimos todos juntos al despacho de la consejera de Economía y Hacienda mostró felixibilidad y se salvó un año difícil. Si hay voluntad real se puede hacer. 

- ¿Plantean una política de encuentro con la Junta?
- Siempre. Hemos visto la falta de credibilidad de la presidenta, pero ante todo tiene que estar la responsabildiad instutuicional. Marbella tiene que tener un trato adecuado con la Junta. Si se le plantean bien las cosas las van a hacer. Defenderíamos posturas desde el diálogo. 

- ¿Qué opinión le merece que la legislatura acabe con dos concejales imputados?
- Confirma que vivimos en el neogilismo, que es el gilismo sin Gil pero las mismas prácticas. Ahora tenemos otra vez al concejal de Urbanismo imputado, parece que no ha pasado nada en Marbella. Esto la gente lo tiene que saber. Un tercer mandato sería avanzar más en ese círculo de intereses entorno a Angeles Muñzo y al PP con tendencia hacia la corrupción. Los concejales imputados deberían estar fuera, aunque van a llegar al final de la legislatura. Además, hay connivencias con empresarios como Tomás Olivo en La Cañada o en el Guadaiza, promotores que no han compensado a Marbella. Esta continuidad del gilismo, que es muy negativa, tendría que mover a los ciudadanos a poner fin a esta etapa, porque sobran los motivos.