Ha sido la primera vez que el Marbella FC se ha enfrentado al Universidad Católica de Murcia (UCAM), visitando un estadio histórico como La Condomina, donde ya habían jugado como futbolistas el hoy entrenador del equipo, Jaime Molina, y el delegado, Salvador Bernal.
En las gradas, ha habido un excelente ambiente, con más de 1.500 personas. La tribuna baja ha estado casi llena y también ha habido público situado en el fondo norte. Muchos niños de colegios invitados al encuentro.
La recaudación, como ya se había anunciado durante la semana, con entradas a cinco euros, ha ido destinada a la asociación Jesús Abandonado, que se ocupa de personas desfavorecidas, a las que ofrece comida.
En las gradas, tímida presencia de seguidores blanquillos, entre la importante afición local, con ruidosas peñas formadas por chavales jóvenes, estudiantes de la universidad propietaria del equipo.
Los seguidores blanquillos que acudieron a La Condomina. (Foto: J.C.A.)
Si las cinco de la tarde jugaban en la vieja Condomina el UCAM y el Marbella, a la misma hora, pero en el nuevo estadio, se medían el Real Murcia y el Tropezón de Cantabria, en el grupo 1 de Segunda División B. Curioso ver dos partidos de la misma categoría a la misma hora y en la misma ciudad.
Como anécdota, resaltar también que tanto Marbella como Tropezón ha compartido hotel en la ciudad murciana.
El choque ha supuesto el estreno en liga de Nabil Souni, único jugador que aún no había debutado en esta competición. Jaime convocó a 17 jugadores y en la grada se quedó el joven delantero Casi. José Hermosa no pudo entrar en la lista por lesión.
Tras el encuentro, los periodistas locales comentaban en la sala de prensa que el Marbella FC había sido el mejor equipo que había pasado hasta ahora por La Condomina y el que más problemas había planteado al líder del grupo.
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