La concejala de Cultura, Carmen Díaz, ha destacado el prestigio de la compañía de ballet, una de las diez más importantes del mundo y que se encuentra al mismo nivel que la Ópera de París o la Scala de Milán.
“Hoy es un día feliz para la danza y para Marbella porque después de conocer que el Ballet Nacional de Cuba giraría por España nos pusimos a trabajar para que hiciera escala en nuestra ciudad, objetivo que hemos conseguido gracias al patrocinio de la Fundación Banús”, cuyo presidente, Cándido Fernández Ledo, se encontraba también en la presentación.
Bajo la dirección y la coregrafía de una de las bailarinas más importantes del ballet clásico en el ámbito iberoamericano, Alicia Alonso, llega esta comedia que cuenta “la historia de la danza, en concreto, el periodo de transición entre la etapa clásica y la romántica”, ha explicado el subdirector de la compañía, Salvador Fernández.
Las entradas para el espectáculo, apto para todas las edades, tienen un precio de 20 y 30 euros y se pueden adquirir en la taquilla del Teatro Ciudad de Marbella y en El Corte Inglés.
Por su parte, la directora de la empresa que ha organizado la gira española del Ballet Nacional de Cuba, Mayda Bustamante, ha asegurado que gracias a la sensibilidad del Ayuntamiento y la Fundación Banús, “Marbella podrá disfrutar de uno de los mejores espectáculos de danza del mundo”.
Bustamante ha aprovechado la ocasión para presentar el libro ‘Alicia Alonso o la eternidad de Giselle’, una publicación sobre su interpretación del personaje en el que también se recogen los testimonios de la bailarina sobre el tema en diferentes oportunidades.
El Ballet Nacional de Cuba es una de las más prestigiosas compañías de danza del mundo y ocupa un lugar prominente en la cultura hispanoamericana contemporánea. El rigor artístico-técnico de sus bailarines y la amplitud y diversidad de la concepción estética de los coreógrafos, otorgan a esta agrupación un lugar relevante entre las grandes instituciones de su género en la escena internacional.
La compañía surge en 1948, con Alicia Alonso como principal fundadora y primerísima figura. En 1950 se crea la escuela Nacional de Ballet Alicia Alonso, anexa a la compañía profesional. Desde los inicios, la línea artística del Ballet partió del respeto a la tradición romántica y clásica, estimulando al mismo tiempo el trabajo creativo de coreógrafos que seguían una línea de búsqueda en lo nacional y contemporáneo.
El montaje de las versiones completas de clásicos como Giselle, El lago de los cisnes o Coppélia, estuvo acompañado de obras procedentes del movimiento renovador de los Ballets Rusos de Diáguilev, como Petruschka o La siesta de un fauno; y de ballets creados por coreógrafos nacionales.
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