Varapalo (Vaya palo)

Los que hemos vivido en este pueblo desde que nacimos, y por tanto, hemos conocido la evolución, al menos en mi caso, en los últimos 40 años, sabemos que Marbella no hace sino resurgir continuamente, cual Ave Fénix. Ya saben, la leyenda que relata la historia de un ave capaz de renacer de sus propias cenizas, aunque algo más profundamente podremos saber que dicho ser mitológico poseía aspecto de ave, muy similar al águila en apariencia, pero con plumas de colores rojo, naranja y amarrillo en todo el cuerpo. Cuentan que cada 500 años este ser viajaba hasta la ciudad de Heliópolis, allí se consumía por acción del fuego, hasta quedar completamente reducido a cenizas, resurgiendo a partir de éstas, reviviendo de manera asombrosa y por demás milagrosa. 

Marbella es el mejor ejemplo de resurrección o renacimiento, porque ha sufrido casi todo tipo de envites, más que ningún lugar de los muchos que podamos conocer, al menos en los últimos, pongámosle, 70 años. Florecimiento como lugar turístico, naciendo de las recomendaciones de ciertos visionarios en materia turística; asentamiento como tierra de descanso y asueto para muchos; abriéndose como ciudad frívola y sólo cercana al lujo -a la vista de muchos-; colocándose en el mapa mundial como destino primordial para la apertura de negocios; sufriendo una etapa oscura de la que aún siguen coleando asuntos, incluyendo disolución de la corporación municipal y el establecimiento de una comisión gestora. Vamos, episodios históricos no muy normales…

Siempre se dijo (y así creo que se ha llevado a cabo, al menos así lo he percibido y así lo he dejado plasmado en su momento en este espacio de opinión), que Marbella entró la primera en esta maldita crisis que se ha llevado tanto, y al mismo tiempo sería la primera en salir. Y así fue. La actividad económico-inmobiliaria comenzó a moverse, inicialmente en Marbella, debido a la amplia oferta que dispone, no sólo cuantitativo (donde seguramente otros lugares cercanos la superan) en lo sino más bien en lo cualitativo. Tener de todo y para todos.

En ese proceso de reactivación económica centrado en la actividad inmobiliaria, todos hemos comprobado como las agencias de intermediación, que cerraron en los años de la reciente crisis, comenzaron a abrir nuevamente sus puertas, y en las principales calles de la ciudad nos encontramos hasta varios negocios dedicados a la compraventa de inmuebles.

A nivel jurídico y en materia urbanística, Marbella tambien ha sufrido vaivenes que van desde la publicación de un Plan General de Ordenación bastante años después de su aprobación, la utilización de una revisión de dicho Plan que no tuvo lógica jurídica desde su nacimiento, hasta la redacción, aprobación y publicación de una nueva norma para la planificación urbanística de la ciudad que ha recibido, por un lado miles de alegaciones, y por otro ha creado situaciones que han estado presentes -no sin poca polémica- y que ahora, con la que ha caído, se rodean aún mas de polémica, las famosas compensaciones de los promotores de todas aquellas viviendas que el PGOU establecía como fuera de ordenación.

En los últimos días, Marbella ha sufrido otro golpe, un estacazo que tiene su origen en una resolución judicial, del Tribunal Supremo (encima…) en el cual se declara la nulidad del Plan General de Ordenación Urbana de 2010. Como el titulo de esta columna de hoy, muchos ciudadanos pensamos lo mismo: Vaya palo. Ha sido un auténtico Varapalo.

Como un verdadero jarro de agua, no fría sino más bien casi congelada. Y creo que la reacción de los gestores públicos ha sido positiva, tanto en el sentido de tender lazos unos con otros, dejando a un lado las habituales tensiones y centrándose en ayudar a conseguir encontrar una situación que, ante todo, debe ser rápida, urgente pero equilibrada y consensuada con todas las instancias (local y autonómica).

No es momento de reproches, recriminaciones o reprimendas. Ahora mismo, sólo cabe aunar fuerzas, desde todos los frentes (equipo de gobierno, oposición, técnicos, expertos profesionales y ciudadanos) para buscar una solución lo más rápida posible. Marbella no puede permitirse perder el tren de esa recuperación económica (siempre adherida a la inmobiliaria, y por tanto a la urbanística).

Qué explicación se les puede dar a aquellos inversores, y no me estoy refiriendo a las promotoras que deseen desarrollar proyectos de diversa índole -que bien importantes son-, sino que estoy pensando en todos aquellos que desean invertir sus fondos, ahorrados o prestados (porque desde hace un tiempo, las entidades bancarias habían abierto nuevamente el grifo de la financiación), y ahora sepan de esta noticia, que seguramente la prensa más amarillenta se habrá apresurado a difundir. “¿No estaba todo ya solucionado en Marbella?” puede ser una de las cuestiones que muchos hagan a los profesionales que se dedican en esta ciudad al asesoramiento y gestión inmobiliaria de aquellos que decidieron adquirir un inmueble aquí. Y la respuesta no es fácil.