Plaza del Mar

Ahora que el primaveral tiempo ya está asentado, donde el calor comienza a apretar (aunque nos llevemos sorpresas como el chaparrón que descargó sobre Marbella la mañana del pasado miércoles 20), y sobre todo, ahora que los días alcanzan su máxima longitud y el goce de disponer de luz natural hasta prácticamente pasadas las nueve de la noche, el Paseo Marítimo se convierte en el lugar perfecto para ocupar alguno de los ratos de asueto que nuestras obligaciones profesionales y laborales nos permiten.

La oferta lúdica se ciñe prácticamente a hostelera es cierto, al margen de la deportiva eso sí, pero es cierto que tampoco contamos con atractivos que nos lleven a variar algo el destino de ese rato de ocio.

Un lugar que, en cierta medida, cubría ese déficit, lo encontrábamos en la llamada Plaza del Mar. Situada en la zona de Molino de Viento, en una extensa parcela existente en el desnivel entre la calle Camilo José Cela y el referido Paseo Marítimo, con aparcamiento subterráneo (aunque luego estuviera ocupado en gran parte por el depósito municipal de vehículos), y con una oferta alejada de ser un mero centro comercial, lo cierto es que durante años ha supuesto un lugar en el que muchos ciudadanos acudían al cine sin necesidad de usar el vehículo, donde era habitual ver grupos de personas de edad avanzada encontrándose con el séptimo arte después de años sin pisar una sala, al mismo tiempo que contaba con un centro deportivo de primer nivel (sobre todo en el precio… pero antes es lo que había, antes de la llegada de los llamados gimnasios “low cost”), y ello se combinaba con una oferta hostelera, no muy amplia pero si al menos existente y la presencia de un conocido supermercado.

Días atrás pasé por el lugar, y hacía tiempo que no me percataba del estado, pobre sin duda, en el que se encuentra. No por el estado de mantenimiento, que es bueno, sino por la cantidad de locales existentes cerrados, que durante muchos años estuvieron con una buena afluencia de público, sobre todo por la existencia de amplias terrazas con vistas al Paseo, donde por ejemplo, los más pequeños pueden jugar sin límite y sin presencia de tráfico.



La primera decepción fue la clausura del complejo cinematográfico allí existente, motivado sin duda por una decisión empresarial ajena a la afluencia de público (creo…). La venta en el año 2014 de la entidad cordobesa que gestionaba los cines, Cinesur, a una empresa francesa, hizo que el complejo situado en nuestra ciudad fuera uno de los elegidos para caer. Y ciertamente, fue una más que pésima noticia, porque al margen de disponer de una superficie ya construida a tal efecto, con hasta siete salas donde acudían muchas personas cada semana, los cines atraían a personas que luego, muchas, terminaban (o comenzaban) en alguno de los establecimientos de hostelería allí existentes.

Luego, durante un tiempo, he podido comprobar que algunos locales que habían tenido una considerable afluencia, fueron perdiendo público hasta que han echado el cierre, y otros creo que sobreviven como pueden. Y es una auténtica pena.

Si bien desde el exterior, el aspecto es algo pobre respecto a la imagen de hace años, en el interior nunca ha sido un lugar que terminara de enganchar al público de Marbella. Posiblemente el diseño, en varias alturas, motivado por el desnivel de la calle existente, ha provocado que no fuese del gusto de muchos, aunque sin duda, la falta de una oferta llamativa siempre ha podido ser motivada por ello. La inexistente decoración, con demasiado mármol y cristal, aunque la grandísima claraboya situada en la parte alta dota de luz al interior, no es un lugar que destaque por el buen gusto.

Que yo sepa, el gimnasio o centro deportivo (con piscina incluida) es de lo poco que se mantiene, junto al mencionado supermercado, un conocido restaurante de comida sana y alguna cafetería más.

No depende en modo alguno de ninguna decisión consistorial (que ya bastante tiene con solucionar el problema del aparcamiento subterráneo, ocupado en una gran parte por el depósito municipal), aunque cierto es que hace años se pudo abrir al público la calle lateral, en donde pueden estacionar un buen número de vehículos, lo cierto es que dentro de la promoción de la ciudad, a lo mejor debería el Ayuntamiento, a través de la delegación correspondiente, intentar crear algunos mecanismos o potenciar actividades para que esta zona no siga decayendo progresivamente.

Son muchos los locales y espacios existentes en Plaza del Mar. A lo mejor es interesante plantearse hacer algo allí para dotarlo nuevamente de vida.