En los penúltimos coletazos del verano 2012 (ya oficialmente finalizado) y otro año más, la Familia Real no se ha dejado ver por, no uno sino el más importante destino vacacional del país. Parece que sigue existiendo el monopolio balear y siguen excluyendo al resto de los puntos señalados en el mapa como lugares que aportan miles de millones de euros a la economía del país. Eurotes por cierto que van, en una parte, a la asignación regia para gastos varios (entre ellos, las vacaciones).
Lo de mirar para otro lado, pese a que no pase por su mejor época la “Royal Family”, y pese a que la presencia insular ha sido más breve que nunca, ese punto debe ser criticado una vez más. Ya no se trata de incentivar la economía de otros lugares que igualmente pertenecen a la piel de toro, ya no es cuestión de ayudar a la promoción de diversos puntos de las costas españolas, es algo que va más allá: la oportunidad de apoyar a empresarios, vecinos e instituciones que tienen (creo) el mismo derecho a que la Jefatura del Estado les brinde el detalle de visitarles.
Que no es cuestión de venir “aprisa y corriendo” con motivo de la visita de otros monarcas del país saudí, que si acuden por cierto, fielmente, a su cita con nuestra Marbella. Debería replantearse la Casa Real aquello que viene reivindicándose verano tras verano, no sólo desde Marbella sino desde otros lugares, debe ayudar a mantener la imagen de España como lugar de destino vacacional de millones de personas provenientes desde cualquiera de los confines de la Tierra.
Todos, desde la Costa del Sol hasta la Costa de Luz o la Costa Tropical, pasando por la Costa Blanca, la Costa de la Luz, la Costa del Azahar o la Costa Blanca -por decir algunas- merecen visita soberana. Pero como lo que me interesa es mi ciudad por no decir mi pueblo, desde esta humilde columna y desde este rincón libre de opinión, seguiré reivindicando el gesto regio de acudir a este privilegiado lugar, hacerlo de forma oficial y no privadamente (cuando no escondidamente…).
Abogo, igualmente, para que desde las instituciones se solicite una vez más a la Casa Real, el apoyo a todos aquellos que hacen de Marbella el mejor lugar del mundo no sólo para descansar, sino para invertir, para fomentar el desarrollo económico, para crear trabajo y todas esas cuestiones que, por cierto, parece que quitaban el sueño del monarca (como dijo en cierta ocasión).
Ese mismo sueño que lo tienen quitado muchos españoles por la situación económica y social del país, y que requieren el mayor de los esfuerzos por parte de todos, y especialmente de aquellos que tienen obligaciones soberanas. Más aún cuando esos bríos no cuestan prácticamente nada; máxime cuando esas energías se tienen para acudir a cumbres internaciones, tomas de posesión de presidentes de otros países; principalmente porque todos tienen derecho al apoyo de los máximos representantes del Estado.
Porque no sólo existe Palma en verano.
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