Al comienzo y durante gran parte del verano, las odiosas medusas nos han chafado días de playa y han deslucido los planes de muchos que se las prometían felices, pero al llegar a los arenales, los celentéreos obligaban a dar media vuelta a nativos y foráneos con el consiguiente mosqueo del personal.
Y como guinda final a un verano que no parece que haya sido muy satisfactorio en cuanto al nivel de gasto (según comentan…), el desolador incendio que ha calcinado más de 8.000 hectáreas y que nos ha mantenido en vilo a todos, por no hablar de los desalojos de poblaciones enteras como nuestra vecina Ojén y ha causado irreparables daños a muchas personas.
Entre el mar y la montaña nos han fastidiado, y bien. Dos elementos tan distantes como el agua y el fuego se han unido para hacernos la puñeta y sembrar el terror en la Costa del Sol. Qué paradoja, no hemos apenas podido disfrutar del agua del mar en casi todo el verano, pero han sido las aguas de Marbella las que han salvado del fuego a miles de personas… las aguas así como la impresionante y eternamente agradecida labor de las personas que se juegan la vida para matar al fuego. Neptuno pudo en esta ocasión con Vulcano.
Durante los últimos terroríficos días se han escuchado (sobre todo leído) voces que agradecían la labor del personal sofocador y extinguidor del fuego, y se han lanzado los mensajes recordatorios acerca de la labor de los funcionarios que han estado al pie del cañón cuando no jugándose el pellejo (pese a los recortes…). A través de las redes sociales, se han multiplicado las noticias sobre el paradero de las llamas, se han informado de los puntos de asistencia en Marbella, pero sobre todo se ha comprobado -una vez más- la solidaridad de este pueblo, que acudió en masa en ayuda de los ojenetos sobre todo. Del mismo modo, en algunos instantes se han podido percibir ciertas opiniones sobre un posible retraso en el comienzo de las labores de lucha contra el fuego, de igual forma que en las playas se podían descubrir críticas ante la falta de barco que eliminasen a las temidas medusas…
No creo, sinceramente, que se hayan hecho mal las cosas, al contrario, los resultados están ahí, en cuanto a la victoria sobre el fuego. Magnífica labor. Y lo de las medusas, con las millones que han existido en todo el litoral (no solo marbellí, sino malagueño, gaditano u onubense) ha hecho que fuese una guerra casi imposible…
Esperemos que ni fuego ni medusas vuelvan a aparecer en muchos años, porque vaya tela…
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