En pleno centro

Ya tenemos el centro de Marbella iluminado navideñamente. Y que cierto es el ambiente que otorga, no sólo a dicho centro sino a cualquier calle donde se hayan instalado bombillas (leds, eso sí) de colores, es mucho mejor que en cualquier otra época del año. 

Ciñéndome al mencionado centro neurálgico y comercial, de este pueblo mío, desgraciadamente se me viene, otro año más, el alma al suelo al comprobar la pobre atmósfera comercial que se percibe. Y no es culpa de los comerciantes, que engalanan sus escaparates y espacios con mucho gusto; tampoco es culpa, siquiera, de la administración, cierto es que intenta desarrollar un programa de eventos (siempre serán pocos…). ¿De quién es responsabilidad? ¿Quién decide que la zona más coqueta de Marbella esté así tarde tras tarde, incluso en puentes como el reciente? Salvo honrosas excepciones, muchos prefieren pasar horas y horas en determinado monstruoso centro comercial, a la tranquilidad y belleza del centro. Prefieren pasillos con la única vista de escaparates a ambos lados, a contemplar la hermosura de ciertos rincones del Casco Antiguo.

Lo pude comprobar el pasado sábado (ojo, sábado tarde, en un largo fin de semana). En varios comercios del centro pude ser atendido a las mil maravillas, de forma sosegada, sin prisas, sin el habitual -por desgracia- en muchas tiendas “lo que hay está ahí…”. Me preguntaba entonces: ¿Y hay gente que prefiere las colas en el referido monstruoso centro comercial, las “peloteras”, el chillerío… a esto?

Al mismo tiempo, como me gusta el centro, como paso muchas horas del día en el Casco Antiguo, lo conozco muy bien. Y suelo recorrer algunas de sus zonas más recónditas intentando atestiguar el estado en el que se encuentran. Una vez llego a la Plaza de los Olivos, siempre me viene la misma sensación (e imagen) de dejadez. Un lugar que hace pocos años fue punto neurálgico en la vida nocturna (como tal lo recordaba en La Trastienda de 01/085/2013), pero que en los últimos tiempos ha devenido a un paupérrimo estado, a una abandonada y desmantelada zona.



Tengo conocimiento (salvo error) que la zona no es pública a todos los efectos, aunque tenga una clara servidumbre de paso para todos. Por lo que se, pertenece a la Comunidad de Propietarios del edificio que se asienta sobre la misma plaza. Ello supone la existencia de ciertas limitaciones de todo tipo, tanto desde sus titulares como desde la propia administración. Pero eso no puede impedir que, a nivel consistorial, se tomen medidas para que el lugar presente un aspecto digno de esta ciudad. Pena da, sin duda, pasar por allí, y ver pareces donde debería haber cristaleras, comprobar como cables colgados son el paisaje natural, basura sobre las bancadas, etc.

Tratándose de una zona peatonal, en donde los niños/as pueden jugar sin ningún tipo de peligro (aunque habría que salvaguardar el riesgo sobre el desnivel existente con la Plaza de los Reyes Católicos), con aparcamiento cercano y con una amplia oferta gastronómica en su perímetro.

Al mismo tiempo, tengo noticias de la próxima e inminente reapertura de un lugar de los llamados clásicos en la oferta de ocio de Marbella (y su centro). Me refiero a que el primer pub irlandés de la ciudad, Maverick, en la Plaza Practicante Manuel Cantos, aunque se le conoce, a veces, por el referido nombre del bar. Su vuelta lo hace con una versión 2.0, haciendo mención a una nueva era, una nueva etapa…

Sin duda, es una excelente noticia para los que nos gusta de movernos por esta zona de la ciudad, insisto, la más recoleta y cómoda, pero necesitada de una más amplia oferta de ese tipo de establecimientos. Porque no hay mucho donde elegir, es la pura verdad.