Edificios abandonados

Muchas veces, el saludable ejercicio físico te permite observar y detenerte (aunque sea pocos segundos) en conocer el estado de diversos inmuebles de nuestra ciudad. 

Y a lo largo y ancho del casco urbano de Marbella existen numerosos inmuebles en un estado de abandono tal, que a uno le lleva a preguntarse continuamente si se le podría dar un uso público, o fomentar/incentivar la rehabilitación privada para que no persistan más en dicha situación.

Ejemplos nos vienen a todos a la memoria, sin lugar a dudas, como el conocido Edificio Marbell Center, en su parte comercial, donde se ubicó el histórico centro comercial a finales de los años 80. Cuatro plantas de tiendas, cafeterías, salones recreativos y donde los adolescentes de la época solíamos acudir cada tarde. Allí pudimos conocer los primeros ascensores panorámicos (llamados más bien, transparentes), pero un lugar que clausuró sus puertas y nunca más las abrió. Ubicado en pleno corazón de la ciudad, es algo que nunca se entiende…



Pero en el desplazamiento por distintas calles de Marbella, en principales vías sin duda, nos encontramos sinrazones como la antigua (y tambien histórica, por otros motivos) sede de Urbanismo, en plena Avenida Ricardo Soriano, propiedad de la administración autonómica, en donde todos los ciudadanos pensamos que sería un lugar ideal para un Centro de Salud que descongestionara el de Leganitos, para atender a toda la ciudadanía del centro así como los servicios de urgencias en horario nocturno, que hasta ahora sólo presta Albarizas. ¿No creen que en una ciudad de las dimensiones de Marbella, de su población, de su importancia, sólo pueden existir dos centros, inmundos, de salud? Ahí tienen el edificio, sólo precisaría ser adaptado para dicho fin. Tiene doble acceso, tanto por la principal avenida de la ciudad como por la trasera Ramón Gomez de la Serna, con facilidad de acceso así como de salida para los vehículos de emergencias.

Por cierto ¿protestarían los vecinos de la zona por dicha decisión, debido al ruido de ambulancias? Ahí lo dejo…



Pero tenemos otro edificio público, tambien en estado de abandono total hace años, en lo que tengo entendido y en lo que he podido ver desde el exterior. La antigua Comandancia de Marina, en la Avenida Severo Ochoa, en las cercanías del Puerto La Bajadilla, un inmueble no excesivamente grande pero que en desuso se hace inmenso, dado que nadie lo puede aprovechar. Supongo que pertenecerá al Ministerio de Fomento y, dentro de esta estructura ministerial, a la Dirección General de la Marina Mercante. Sé que el Ayuntamiento de Marbella lleva muchos años reclamando su inmediato arreglo o, al menos, buscar una solución práctica ante el abandono del inmueble. ¿Tanto cuesta ponerse de acuerdo con algo tan claro, tan lógico y tan necesario?

Por otro lado, en el ámbito privado, uno se encuentra con inmuebles en un estado de abandono total hace décadas. ¿Quién no se ha preguntado por la titularidad del edificio, de estilo peculiar y que en su día albergó las oficinas de Aresbank? ¿Quién no se ha planteado que un lugar como ese, de amplias dimensiones, en un inmejorable emplazamiento, con estacionamiento delantero, podría ser adquirido, de una forma u otra (por ejemplo, vía permuta), por la administración, para un uso público? Manteniendo la fisonomía arquitectónica… ¿no sería un lugar ideal para un edificio multiusos a nivel deportivo o cultural?



O bien, como ya se planteaba al comienzo de esta columna de hoy, intentar que la administración mediara con la propiedad (que desconozco a quien pertenece) para poder transformar o, al menos, transmitir a un promotor privado para, como se dice hoy en día, “poner en valor” el inmueble vacío y abandonado.

Cierto es que el derecho de propiedad otorga al titular dominical hacer lo que quiera con su bien, que puede arrendarlo, venderlo o tenerlo cerrado a cal y canto. Pero tambien está en la administración pública intentar que la imagen de la ciudad sea la mejor, así como buscar emplazamientos y, sobre todo, fórmulas, para que esos inmuebles puedan tener un uso público, para descongestionar la situación de otros edificios, y para que los ciudadanos puedan disponer de espacios más que necesarios. Porque, abandonados… no sirven para nada.