Terminado el estío, echemos la vista atrás con afán de analítico. Ha sido el verano de La Cantera, aunque las notas se escucharon en otros puntos como el Club de Tenis de Puente Romano. El panorama musical en Marbella se ha concentrado en los conciertos de Starlite y en los celebrados sobre la arena del coso tenístico. Marbella necesitaba un evento de estas características, variado, con nivel y ampliamente difusivo de la imagen de la ciudad, pero bien es cierto que la cuestión merece ser analizada de forma más amplia.
Desde algunos puntos se ha llegado a mencionar que “
Starlite se ha llevado todo”, o incluso algunos comentaban que “
este año, lo que nos gastamos en galas benéficas lo dejamos para estar en La Cantera”. Lo cierto es que, con todos los parabienes que se ha llevado el “tinglao” (en el buen sentido) montado en Nagüeles, han llegado voces críticas desde otros estamentos filantrópicos cuando alguna tradicional gala se ha tenido que suspender. También debería hacernos reflexionar dicha cuestión, es decir, si existe un posiblemente excesivo número de galas benéficas o no, o si sería conveniente aglutinarlas de alguna forma.
Por otro lado, en la calle se han escuchado comentarios sobre el hecho de no haber arreglado las oxidadas letras que anuncian “Auditorio Marbella”, en la zona superior de la Cantera, aunque también son merecedoras (algunas, por absurdas) las razones de la omisión rectificativa (vamos, el arreglarlas…). Que si combinaban lo novedoso con el aire antiguo, que si el aire retro… aunque he llegado a leer que en la previa de los conciertos, los bocadillos y refrescos/cervezas brillaban más que las delicatesen a precio “star” en el interior del recinto.
Centrándonos en el aspecto meramente musical, lo cierto que los promotores se la han jugado con una amplia variedad de estilos y de igual diversidad en cuanto a la respuesta. Llenazos-taquillazos y otros menos, pero entiendo que con un general balance positivo. Nunca Marbella tuvo un número de conciertos como los celebrados en la ciudad. De igual forma, en la época que vivimos, parece haber salido nuestra ciudad de las grandes rutas de conciertos veraniegos, aquellos que en cada temporada estival arribaban sin falta alguna.
Qué recuerdos de aquellos Queen, Tina Turner, Michael Jackson, Alejandro Sanz, El Último de la Fila, Mecano… Claro está que en el estado actual de la economía nacional y mundial, pocos conciertos de gran nivel jalonan nuestra geografía. Por eso creo que el invento del Starlite ha sido un éxito para Marbella, sobre todo en cuanto a variedad y novedad, pero siempre teniendo en cuenta que el apoyo debe ser el mismo para todos, es decir, que los medios, ayudas y facilidades otorgadas a los arriesgados promotores del evento, deben ser las mismas para aquellos que día a día están “dando el callo”, y en Marbella hay unos cuantos.
Ahora llega la hora de hacer números (aunque se habrán hecho antes y durante, como mandan los cánones empresariales), valorar la conveniencia y, sobre todo, la posibilidad de repetición.
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