Los rayos del sol llegan a iluminar sus rostros. Ra, Amón y Ramsés vuelven a nacer, sólo queda en la penumbra Ptah, dios de la oscuridad. Puede ser un 21 de febrero o un 19 de octubre en el sur de Egipto cuando las chispeantes líneas resplandecientes penetran hasta la última cámara del templo de Abú Simbel. No se sabe por qué, si por celebrar las cosechas o el aniversario del Faraón, lo que sí es cierto es que ésta es una de las curiosidades que aprendí en una de las visitas que me ha alegrado hacer este verano en Marbella. Y es que en nuestra ciudad hay opciones para el saber y hay posibilidad de hacer un viaje en el tiempo y conocer otras culturas que han marcado las distintas civilizaciones.
Desde el pasado mes de mayo en el Palacio de Ferias y Congresos de Marbella una parte de la historia de Egipto se muestra para los amantes de la historia. Desde que bailo la danza del vientre, la verdad es que me intereso bastante por todo lo que hace referencia a su origen y creí conveniente acercarme hasta esta réplica elaborada por el artesano egipcio Hany Mostafa que se expone hasta el próximo 21 de septiembre. Sinceramente tampoco me esperaba mucho pero llegó a sorprenderme. Y creo que es bueno aconsejar a las familias y a los visitantes interesados en el mundo del arte acercarse a esta instalación. Por varios motivos.
Una vez accedes al recinto puedes hacer un breve repaso por las costumbres y la grandeza de Egipto. Eso sí no a tamaño natural. Se puede palpar el inmenso esfuerzo del artesano y de sus ocho colaboradores que durante cinco años desarrollaron esta muestra. Podemos apreciar joyas, utensilios en la vida de antaño, entre otros, pero lo más impresionante, sin duda alguna, es el templo de Abú Simbel. Sí es cierto que está elaborado a escala pero conocerlo más de cerca me ha enseñado a verlo con otros ojos. Lo que me parece un acierto es que cada media hora más o menos un guía te muestra la esencia, el camino para aprender de él. Entras con la sensación de no conocer nada pero sales del templo con un pellizco y una semilla para querer aprender más.
Antes de comenzar la visita, yergue ante nosotros la imponente fachada, con cuatro estatuas colosales sedentes de Ramsés II con la corona del Alto y Bajo Egipto, que es quien mandó construir el templo. La verdad es que no sabemos lo que nos espera dentro. Con la ayuda de nuestro leído maestro nos adentramos en otro mundo. Es la sensación que me dio a través de sus explicaciones. Hay tres salas contiguas, que van disminuyendo en altura a medida que llegamos al santuario o sala del templo solar. Todo decorado con la magia y la esencia de la majestuosidad de aquel tiempo. El silencio se rompe sólo con las explicaciones de nuestro compañero de viajes. Mientras atravesamos las salas nos damos cuenta que hemos dejado atrás la bella Salduba para situarnos en el país del Nilo. Nuestra aventura dura aproximadamente una media hora, pero parece que el tiempo se detiene. También cada cuál lo verá a su forma y manera.
Mi experiencia allí ha sido muy agradable y fructífera. Es verdad que pondría alguna queja. Y es que cuando yo fui no había ni actuaciones ni música ambiente. Lo que sí aconsejaría es ir en el atardecer puesto que todo se ilumina. Creo que hay un templo de Abu Simbel de día y otro de noche. Y como los horarios son flexibles podemos elegir. Creo que no hay que dejar escapar esta oportunidad de conocer un poco más la historia de Egipto y más si no tienes la posibilidad física de estar allí, en el Templo Real, que forma parte del museo al aire libre de Nubia y Asuán y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta muestra ya ha viajado por Portugal, Jerez de la Frontera y Sevilla. Después la verán en Francia. Ahora tenemos una muy buena oportunidad en Marbella, nuestra ciudad, que siempre está abierta a ofrecer posibilidades culturales y más en verano que ahora acaba. Que no se diga que son los turistas los que van a estas exposiciones, que los marbelleros rescaten una hora y se escapen a Egipto, nunca lo van a tener tan cerca.
Interior de la réplica del Templo de Abu Simbel de la exposición de Marbella.