A la vuelta de la esquina, y aunque no lo parezca por el mal tiempo que acecha últimamente, se aproxima la temporada más esperada para nuestra ciudad, el verano. Las calles se llenarán de personas venidas de todos los rincones del mundo y Marbella se intentará acicalar con sus mejores galas. Y precisamente hablando de galas hay un evento a finales de julio que nació, parece ser, para quedarse, el Starlite Festival. Con él, personalidades de la industria de la música harán presencia en el auditorio, un escenario desconocido para muchos. Una cantera cuyo resplandor premiará a las voces más importantes del panorama musical actual.
Y también el Starlite se convierte así en un escaparate para dar a conocer aún más nuestra ciudad, volverla a situar en el mapa. Pero hoy no quiero ensalzar los valores de este evento sin parangón, que incluso ha creado un impacto económico que supera los 25 millones de euros, quiero dar un consejo a los organizadores y precursores de esta iniciativa que, además, tiene carácter solidario. Hay que apostar más alto. ¿Y cómo se mide la calidad de un acontecimiento de estas características? ¿solo por la gente que viene a cantar o a ofrecer lo mejor de sí? Creo que en esta tesitura –por ello del cante-- El Starlite debería, siempre desde el humilde consejo, subir un peldaño más. Ofrecer todo lo que puede dar Marbella, además de su escenario, su clima y su carisma. ¿Todo ello en que se transforma? En su gente.
Nosotros ya tenemos un Alejandro Sanz, un David Bisbal, una Malú, una Sara Baras, un Jamie Cullum incluso un Paco de Lucía. Sí así es. Pues ahí va mi recomendación. Para subir de categoría social e incluso incrementar la calidad y la esencia de esta fiesta de la música (no hay que eliminar a nadie y el concepto de Starlite es genial) se podría dar un espacio a los creadores y artistas de la ciudad. Los de aquí. Ellos mostrarían lo que saben hacer, lo de la tierra. Es decir, crear un Fitur de la música, donde cantantes de talla internacional como Julio Iglesias o Noa, y autóctonos, que tratan de despuntar en el difícil mundo de la música, como Delola, Eva Piñero o Los Piratas Flamencos puedan enseñar lo mejor de cada casa.
Hace poco estos tres grupos locales, arropados por unas doscientas personas, ofrecieron su particular Starlite Festival, pero en el Teatro Ciudad de Marbella, el Flamenco Fusión Festival. Más de tres horas de buena música, de soñadores de melodías infinitas, y que luchan cada día por un sueño. ¡Ah! y por el módico precio de 10 euros la entrada ¿No sería una buena oportunidad para ellos y muchos otros que una cita que se dará en julio y a la que vendrán personas de todo el mundo contara con su música y así no sólo promocionar Marbella sino a su gente? Tan sólo una noche para ellos o como diría Delola en la canción que da título a su segundo disco… Tan sólo por esta noche.
Precisamente, he tenido la oportunidad de conocer personalmente a Delola. Unos trabajadores de la música que llevan seis años mimando cada nota, cada acorde, cada aplauso, cada gesto, cada guiño, cada letra para hacer sentir. Dos discos ya les acompañan en su bagaje musical, y continuamente se reinventan, ahora van a por el tercero. Incluso, si se visita su página web podremos descargarnos sus canciones totalmente gratis. Van a terminar su mini gira, como ellos la llaman. La tourné.
A mi me hace sentir Paco de Lucía, el grande, el genio, pero me emociona ver a Juan tocando la guitarra como si le fuera la vida en ello siempre con su eterna sonrisa; a Juanjo desgarrando su voz cuando sale de su boca palabras de Triana o al Yuyu con sus manos mágicas que hacen resonar la caja. Ellos, como tantos otros como por ejemplo Fran Terrén que también tiene su disco a la venta ‘Desde la ventana’, quieren su hueco. Un espacio para hacer vibrar a la gente como hacen los grandes. Ellos también son grandes. Pero el camino, muchas veces, es arduo pero siguen ahí demostrando su sensibilidad, su pasión y sus ganas de hacer soñar. Es imposible nombrar todo el arte que tiene Marbella. Lo utópico es reunirlo.