Parece que ya las lluvias dejaron paso a una verdadera primavera llena de colores, matices y cómo no de la “operación bikini” a la vuelta de la esquina. En Marbella tenemos un gran gimnasio al aire libre, incluso con máquinas de tonificación repartidas por todo lo ancho y largo de nuestro Paseo Marítimo, que en estos días se convierte aún más en un hervidero de gente que quiere poner su cuerpo a tono. Pero no crean ustedes, que leen estas líneas, que no sólo de “musculitos” viven los individuos, ahora también toca cultivar y despejar las mentes “desempleadas”.
No han notado desde comienzos de año que hay más gente a cualquier hora del día? Pues sí. El paro, que siempre lo miramos desde una perspectiva absolutamente negativa, se ha transformado en una fuente de riqueza para muchos. Pero entiéndanme, una fuente de riqueza para despejar la mente de problemas, inseguridades, baja autoestima y una inagotable marea de malos pensamientos. Y es que simplemente andar por el Paseo Marítimo, respirar aire puro y dejarse llevar por el sonido de las olas mientras el sol recubre nuestro corpore “sano” ayuda a liberar endorfinas y con ello la positividad y el buen rollo se queda con nosotros por lo menos hasta que nos demos cuenta de una realidad que nos abruma día a día.
Para una actividad gratis y unas instalaciones más o menos adecuadas para el entorno (yo preferiría que el albero lo cuidaran un poco más, sobre todo en épocas como ésta que es cuando la gente emplea a fondo su tiempo libre o “desocupado”) hay que aprovecharlas. Aunque siempre quedarán los “pro” que recorren diez veces el tramo desde Marbella- Puerto Banús, los que no somos tan asiduos a esto que llaman deporte, deberíamos animaros y practicar, aunque sea de forma grupal, en pareja o incluso sólo, el placer de vivir en este punto de la Costa del Sol y hacerse dueño de un trocito de felicidad en su recorrido.
Y los que están a dieta, no me olvido de ellos. A pesar de que ya los espetos están iniciando su andadura y el olor de este manjar marinero salpica algunas terrazas de chiringuitos, andar unos cuatro kilómetros a buen ritmo durante una hora por este paraje marbellí nos permite perder bastantes calorías y con ello disfrutar de una estupenda cena posterior con la satisfacción de que las endorfinas han celebrado una fiesta en toda regla. Nadie se puede resistir a ver un amanecer o atardecer en esta zona de Marbella. Nos han quitado mucho los gobiernos locales anteriores pero lo que no se pueden llevar es nuestro clima y nuestra gente. Y qué decir de un paseo en bicicleta a ras de mar…bueno eso ya es otro tema que invita a otra reflexión.