Se cumple exactamente un año de pandemia en Marbella. O al menos desde que la Junta detectó los primeros infectados, que fueron casi también los primeros en Andalucía, aunque quizá hubiera más y desde antes. Después de 365 días, el municipio acumula 10.000 contagios y han fallecido 150 personas, según los datos oficiales. Todavía hay más de 4.200 casos activos.
Un año desde que se produjera, dicen, aquella fiesta en un tablao flamenco de Marbella a la que acudieron dos turistas de Shanghái y que terminó siendo el primer foco conocido del coronavirus en Andalucía.
Un año en el que nos tuvimos que acostumbrar a no salir prácticamente de casa y después a llevar mascarilla, a reducir nuestras relaciones sociales y a no poder acercarnos a nuestros mayores.
Un año en el que la alcaldesa mintió al prometer dos millones de euros en ayudas para pequeños empresarios y autónomos que aún no ha repartido y que a muchos ya nos les harán falta porque han tenido que cerrar sus negocios.
Un año tras el que hemos terminado por recibir cada día con indiferencia la cifra de muertos, ante la que sí parece que estamos ya inmunizados, porque centenares de personas siguen perdiendo la vida por la Covid-19 y ni nos inmutamos.
Un año en el que todos hemos visto de cerca el virus, porque ha afectado a alguna persona de nuestro entorno, en algunos casos de forma mortal.
Un año en el que hemos descubierto que en España hay más expertos en pandemias que seleccionadores nacionales de fútbol, un país en el que muchos ignorantes tienen el atrevimiento de reírse de los científicos. Así somos.
Un año en el que hemos aplaudido a los sanitarios por su gran trabajo y después muchos de los que salían a los balcones se resistían a cumplir con las normas para evitar que los hospitales se volvieran a colapsar.
Un año en el que, a falta de gestión, la alcaldesa se ha centrado en la propaganda y en sacar rédito político de la pandemia. Hasta nos quiso hacer creer que estaba como voluntaria en el hospital junto a los pacientes de Covid-19.
Un año en el que el descontrol del verano y de las navidades ha dejado muchos muertos en Marbella, con todo tipo de fiestas y hasta reyes magos de la farándula, sin que nadie hiciera nada.
Un año, en definitiva, de sufrimiento, en el que nos han dejado 150 vecinos, familiares, amigos, y en el que cuesta encontrar algo positivo, pero me quedo con los gestos de solidaridad que se dieron durante el confinamiento domiciliario.
Y también, a nivel mundial, con los voluntarios, de los que nadie se acuerda, que han querido arriesgar su salud para probar la vacuna y que se pudieran realizar los ensayos clínicos necesarios antes de que los demás nos la pongamos.
Un año de pandemia.
Establecer como página de inicio
Añadir a favoritos
