Siempre me ha gustado Rafael Piña como político. No por su sampedreñismo sino porque no tiene pelos en la lengua. Cuando habla lo hace de forma clara, sin rehuir ningún tema. Para los periodistas es un "chollo", siempre deja titulares. Y así ocurrió este viernes, en una entrevista en Televisión Marbella, en la que lanzó dos bombas informativas sobre dos temas importantes. En uno coincido plenamente, en el otro creo que se equivoca.
Analicemos ambos, empezando por sus opiniones sobre los trabajadores municipales, que comparto al cien por cien. En el pasado pleno, el 28 de octubre, Piña destapaba la Caja de Pandora, esa que parecía que nunca nadie se iba a atrever a abrir.
El concejal de OSP planteó la idea de buscar una solución a las necesidades de personal del Ayuntamiento. Según explican, tanto él como el resto de miembros del equipo de gobierno, hay falta de trabajadores en todos los departamentos.
Esta afirmación rechina en el oído de muchos ciudadadonos ya que existen en torno a 3.500 empleados municipales en Marbella. Resulta evidente que es una plantilla sobredimensionada para el tamaño de un municipio que, sin embargo, es cierto, tiene muchas necesidades desatendidas.
El problema no es nuevo, y necesita solución, pero solo Piña se ha atrevido a plantearlo públicamente. Ha sido valiente, como Gary Cooper en "Solo ante el peligro", pero el coste puede ser alto. Ya dos sindicatos se le han echado encima. Es evidente que va a necesitar ayuda.
Nadie quiere pensar en un ERE que aligere la plantilla hasta una cifra sensata. Aún hay mucho paro en Marbella. Por tanto, el concejal de OSP plantea espabilar a los trabajadores, o lo que es lo mismo, que se haga un estudio sobre el rendimiento de la plantilla.
Puede que sea la solución, o quizá no. Pero al menos el debate está abierto y cuenta con respaldo de muchos ciudadanos, aunque también hay otros muchos que aún siguen soñando con entrar a trabajar en el Ayuntamiento donde tienen sueldo estable, todo tipo de derechos y pocas obligaciones.
En total, para pagar nóminas, los presupuestos de 2016 destinaban casi 150 millones de euros, más de 60% del total. Resulta evidente que esa cantidad se debería traducir en un mejor estado del municipio. De lo contrario, se está jugando con el dinero de los vecinos y, como muchos piensan (pensamos), pagando a demasiados vagos.
Piña ha puesto el dedo en la llaga, ahora falta saber quién le pone el cascabel al gato, algo que debería hacerse entre todos los partidos políticos, como en Fuenteovejuna, sin que nadie busque rédito electoral. De lo contrario, será difícil.
Pacto de gobierno
Y el segundo asunto importante que ha dejado Piña en la entrevista en TV Marbella han sido sus declaraciones sobre el pacto de gobierno, muy llamativas. Sabíamos, así lo había anunciado OSP, que tras dos años lo revisarían, pero ahora también ha dicho que se va a renegociar, algo que no se esperaba a priori.
El concejal sampedreñista quiere, llegado el mes de junio, volver a sentarse con sus actuales socios y con Podemos, pero también con el PP. Y plantear, como se hizo dos años antes, una doble posibilidad a los miembros de su consejo consultivo para que elijan qué hacer hasta el final del mandato.
Siempre me pareció un buen ejemplo de negociación política el límite que pusieron al pacto. Eso les dio un instrumento de presión. Pero volver a negociar dentro de seis meses solo va a generar confusión entre la ciudadanía, deseosa de que se arreglen sus problemas y no de este tipo de chanzas.
Es plenamente razonable que el acuerdo se revise y se analice su cumplimiento, que es grande. Y en eso se debería quedar, ya que no se perciben ahora grandes discrepancias y la cohesión es total entre en el tripartito.
Si el pacto marcha de manera "excelente", como ha reconocido el propio Piña, ¿por qué a seis meses vista plantea volver a sentarse con el PP?
Por más que OSP quiera mostrar equidistancia para tener contenta también a la parte de sus votantes que supuestamente es de derechas, ese revuelo solo va a generar incertidumbre por un lado y falsas esperanzas por otro. Además, se va a trasladar al ciudadano una imagen de inestabilidad y, a río revuelto, ganancia del PP:
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