El verano de Marbella

Avanza el verano en Marbella y, como cantaba Julio Iglesias, la vida sigue igual. Misma suciedad, misma cantidad de basura sin recoger por las calles, ramas de árboles que siguen cayéndose, misma apatía por parte del equipo de gobierno del Ayuntamiento... Y llegados a este punto alguien debería reparar en los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que reflejan la presencia cada vez menor de turistas hoteleros en el municipio. 

Estamos en la época más importante del año para Marbella, la temporada alta, que cierto es cada vez se alarga más, pero julio y agosto siempre son la estrella para un municipio turístico. 

¿Y qué nos encontramos de nuevo en el municipio? Una falta absoluta de limpieza, con calles llenas de suciedad y basura sin recoger, algo que ya vimos el año pasado. 

Y no, no es culpa de los trabajadores municipales, sino de quien los organiza, los contrata o les da vacaciones cuando no corresponde, el concejal de turno. 

Y, ni mucho menos, tampoco es culpa de los ciudadanos, que pagamos la tasa de basura y tenemos que dejar la bolsa fuera porque el contenedor está lleno al no haberse vaciado con la necesaria periodicidad. 

En un municipio turístico, más aún de la importancia de Marbella, esto no se puede permitir, pero la realidad es que todos, vecinos y turistas, ven lo que está ocurriendo. 

El comentario más escuchado en las calles es "qué sucio está todo" o "Marbella está comida de mierda", todo el mundo se queja, pero los mismos llevan gobernando durante 16 años y ya sabemos lo que dan de sí. 

Y si de reojo miramos los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que dicen que cada vez vienen menos turistas hoteleros al municipio, pues alguien debería preocuparse. 

Pero la estrategia del Ayuntamiento es mirar a otro lado y lanzar notas de prensa propagandísticas en las que se ocultan la mayor parte de los datos. 

Con la venda en los ojos iremos cerca, pero para la alcaldesa, Ángeles Muñoz, su único objetivo es ya sobrevivir a corto plazo, tras tantos años al frente del municipio. 

A ella le basta con ampliar su álbum de fotos veraniego en distintas galas de gente rica, solidarias eso sí, porque a las verbenas de los barrios ni se acerca. 

Que Marbella invita cada vez menos a venir parece una realidad en un municipio presidido por la dejadez y en el que no se resuelven asuntos de interés general sino solo los particulares. 

Un lugar, además, sin buenas playas, pero no porque falten los espigones, dejemos ya el mantra, sino porque en su día Gil las ocupó con el paseo marítimo para construir lo más cerca posible del mar. 

Es otra realidad que tampoco se quiere ver, mientras insistimos en los diques que, es cierto, tal y como está la situación, pueden ser la única solución. 

Pero gran parte de la ciudadanía avaló aquellas políticas de ladrillo que nos dejaron sin litoral, mientras municipios vecinos como Estepona o Fuengirola tienen mejores arenales. 

Así que, el verano de Marbella sigue, y la vida sigue igual. Todo en orden.