El álbum de fotos en tiempos del coronavirus

Ni siquiera en tiempos del coronavirus, cuando las cifras de muertos nos golpean con crueldad cada mañana, somos capaces de reconciliar a las dos Españas, las de Antonio Machado, las de Larra, las del 'Duelo a garrotazos" de Goya, las de rojos y fachas. Ni siquiera en momentos como estos somos capaces de unirnos, como hacen en Italia o Francia. 

Debemos ser especiales, nuestra historia así lo atestigua, por la facilidad que tenemos para pelearnos hasta en las situaciones más difíciles. La Transición fue la excepción que confirma la regla. 

Cuando en un pequeño pueblo se declara un incendio, todos los vecinos forman una cadena humana para llevar cubos de agua. Nadie entendería que hubiera alguno que se dedicara a poner zancadillas para que el agua se derramara. Lo primero es que las llamas no se extiendan, luego se buscará su origen. 

En cambio, ahora en España, en una situación única y excepcional, asolados por un virus muy dañino, tenemos que hacer frente, por si no fuera poco, a otro, el del odio y el de aquellos que consumen todas sus energías en una labor contante de desestabilización del Gobierno.

Pretenden dar la sensación de que los que veían hilillos de plastilina cuando las playas gallegas estaban llenas de chapapote podrían hacerlo mejor. 

Y movilizan a la ciudadanía para que, en un momento de máxima gravedad, muchas personas se dediquen a inundar las redes sociales con soflamas políticas o a infectar grupos de 'WhatsApp' con familiares y amigos sin mayor objetivo que generar más angustia. 

Se les va la vida en defender sus ideales en un momento en el que muy poco valen para luchar con el virus. Seguimos con las dos Españas, ni siquiera la Covid-19 cambia a una de ellas. 


La alcaldesa de Marbella, el pasado 20 de marzo, en el Mercado Municipal de Marbella. 

Tiempo habrá para analizar la situación y buscar responsabilidades, también en la labor de muchos periodistas en estos días. Y en política, no solo en el Gobierno de España como pretenden algunos, porque hay muchas otras administraciones públicas implicadas. 

Por ejemplo, la sanidad es competencia de las comunidades autónomas, así como la gestión de las residencias de mayores.

Desde 1995 el PP lleva gobernando en la Comunidad de Madrid. Son 25 años marcados por el desmantelamiento de la sanidad pública en el punto de España que ahora está siendo más castigado por el coronavirus. 

Y en Andalucía, la nueva Junta del PP que se resistió a cerrar los colegios pese al clamor de la comunidad educativa y que le costó anular las procesiones de Semana Santa.

En su partido ya sabían lo que iba a ocurrir, pero quizá no se lo habían contado todavía a Juan Manuel Moreno, ese presidente que vive de la propaganda de su consejero Bendodo y que no quiere comparecer en el Parlamento. Prefiere entrevistas a la carta en medios a los que riega con publicidad. 

Ese que prefiere habilitar pabellones deportivos antes que el nuevo Hospital de Estepona, que han sido incapaces de poner a funcionar. 

En su momento habrá que buscar responsables, claro que sí, pero a todos, no solo a algunos. 

También en el Ayuntamiento de Marbella, donde son constantes, por ejemplo, las reclamaciones de los sindicatos por la falta de protección de los trabajadores municipales en estos momentos. Unas críticas de las que prácticamente solo informa Marbella24horas. 

Un Consistorio donde Ángeles Muñoz prefiere acondicionar de mala manera dos pabellones deportivos para personas sintecho antes que utilizar el Albergue África, que está ya preparado para este tipo de situaciones.

Pero ya conocemos a nuestra alcaldesa, ansiosa de protagonismo en cualquier momento, ávida de propaganda para tapar sus carencias. 

Que es capaz de vender supuestas incorporaciones telemáticas a la gestión sanitaria de la crisis después de ir al Mercado Central a hacerse fotos sin mascarilla, guantes, ni guardar la distancia de seguridad. 

Que hasta se pone a cocinar lentejas para tener su cuota de presencia dominical en las redes sociales. Imaginemos por un momento qué ocurriría si hoy Pedro Sánchez se exhibiera haciendo un cocido madrileño. 

¡Que no falte el álbum de fotos en tiempos del coronavirus!