La entrada de la procesión al Paraninfo estuvo precedida por la protesta de varios grupos en contra de los recortes en Educación, personal y presupuestos. Gran parte de los componentes de la comitiva lucieron lazos verdes en solidaridad con la educación pública y las primeras palabras de la rectora fueron para apoyar estas reivindicaciones, así como la forma de expresarlas, en el exterior del Paraninfo y permitiendo que el acto se desarrollara con total normalidad.
El año académico que ahora comienza está marcado por la celebración del 40 aniversario de la institución docente, un cumpleaños que llevó a la rectora a recordar a los que, allá por 1972, consiguieron con su esfuerzo “hacer realidad un sueño, nuestro sueño”. Aquel anhelo, personificado en los miembros de la Asociación de Amigos de la Universidad”, acabó con la consecución de la UMA y el progresivo goteo inicial de facultades y escuelas dio lugar a lo que hoy es una gran Universidad.
“Ahora que algunos se plantean si sobran universidades públicas, yo quiero rendir un sincero homenaje a los que creyeron que Málaga necesitaba una Universidad”, comenzó diciendo De la Calle, que aseguró que la creación de la UMA “ha supuesto para Málaga y su provincia una oportunidad histórica de progreso y desarrollo que ha derivado en el principal revulsivo para su avance cultural, económico y social”.
De la Calle inició su discurso advirtiendo al auditorio que, pese los ecos de la crisis económica “que devasta todo” su intención no era construir un discurso crítico “que contribuya a crear aún más crispación y genere desolación”. Sin embargo, admitió que “es imposible sustraerse a la realidad”.
En este sentido, mostró su empatía “con todos los que sufren esta crisis. Con los estudiantes que no pueden pagar su matrícula, con los profesores y con el personal de administración y servicios que ve recortados sus derechos y amenazadas su condiciones de trabajo”.
“Levantaré mi voz contra todas las medidas que perjudiquen a los universitarios”, enfatizó la rectora, que, no obstante, se mostró partidaria de construir un discurso de ilusión: “Sin olvidar la voz de protesta, es imprescindible el grito de la esperanza y son fundamentales los ecos de los proyectos de futuro”, dijo, al tiempo que convocó a todos “a trabajar y a no guardar silencio”.
“Creo en el servicio público y en la educación pública –añadió- porque estoy convencida de que es la única que garantiza la igualdad de oportunidades”. “Sólo podemos hablar de una sociedad justa cuando todos hayan tenido los mismos medios e idénticas opciones”.
Para justificar su defensa de lo público, la rectora dio a conocer algunos datos: “Hay quien dice que en España hay muchas universidades y, sobre todo, universidades públicas ineficientes. Pero los datos son incontestables. En España hay 1,03 universidades públicas por cada millón de habitantes. En Finlandia, objeto de tantas miradas de admiración, hay 3 universidades públicas de investigación por cada millón de habitante”.
“Si utilizamos el criterio de la dimensión económica y la financiación pública, en el conjunto de la Unión Europa de los 15, en el año 2008, la inversión en Educación Superior suponía el 1,2% del PIB y en España. el 1,07 -en el momento actual mucho menos-. Mientras en España la proporción PIB/per cápita es 23.900 euros, en Finlandia es 34.800 y en Holanda se eleva a 36.300”.
Adelaida de la Calle aportó más datos, relacionados con el presupuesto por alumno –mucho más bajo en España que en otros países-, los recursos a disposición de las Universidades o el coste público por estudiante, la mitad en España que en Francia, Holanda o Finlandia. Aun así, según informó, España ocupa el noveno lugar del mundo en producción científica, según los datos recogidos en el Ranking de Scimago 2010.
“La conclusión es que con menos inversión en educación, en investigación y en gasto público por alumno tenemos mayor producción científica que la media mundial, y, lo que es más importante, nuestros alumnos adquieren una formación perfectamente equiparable a la media europea”, un dato que, tristemente, demuestra la realidad que supone la fuga de mano de obra cualificada en el tejido económico de otros países.
A este respecto, aludió a la situación de la educación superior en España. “Los próximos presupuestos generales del Estado contemplan una reducción del 17% en Educación. Más de 150.000 docentes de todos los niveles de la enseñanza han pasado al desempleo y la situación de asfixia económica en la que viven todas las universidades andaluzas, que no recibimos las transferencias completas de la Junta, nos sitúan al borde del colapso”.
La rectora concluyó su discurso asegurando que “vamos a seguir demandando más inversión en educación y en investigación. Pediremos que se cumplan los compromisos y las obligaciones financieras y que se recapitalice la formación, como se ha hecho con la banca. Porque sin formación no hay futuro y todos lo sabemos”. Tras ello, invitó al auditorio a “trabajar duro ya que la crisis no nos permite otras alegrías”.
Por su parte, el secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero, hizo también una apuesta por el papel que desempeñan las universidades andaluzas en el plano de la recuperación económica y social de su entorno. “Ahora más que nunca –dijo- el fomento de la investigación y las actividades de I+D+i debe convertirse en una prioridad estratégica política y social”.
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