José Bernal emociona en un sentido pregón a la Virgen del Carmen

Bernal es miembro de la Hermandad de la Virgen del Carmen y ha sido el elegido este daño para abrir las celebraciones de la patrona de la ciudad.

No es una persona especialmente religiosa, él mismo lo ha reconocido al inicio del pregón, pero sí siente por la Reina de los Mares una gran devoción como ha quedado demostrado en un pregón muy emotivo.

La presentación la ha realizado Alejandro García, también miembro de la Hermandad, quien definió a Bernal como una persona que "presume con orgullo de ser Carmelo y también de ser alcalde de su ciudad".

A partir de ahí, turno para el pregonero, que recordó sus viviencias en las celebraciones del día de la Virgen del Carmen, cada 16 de julio. Hubo muchas menciones y recuerdos a sus padres, su hermano, su mujer y su hijo. 

Nada más comenzar, dedicó sus palabras a su madre, María de la Paz, "el nombre más bonito del mundo, y a su vez, el nombre más necesitado en este mundo. La mujer que me dio la vida y que dejó su vida en mis brazos. No te puedo olvidar".

Fue un discurso plagado de experiencias personales, con un repaso que arrancó a primera hora del día grande, en los preparativos para el Rosario de la Aurora, y concluyó ya por la noche, después de todos los actos. 

"Se acumulan los recuerdos de mi niñez con mi madre bajando junto a otras mujeres del barrio a acompañar a la virgen mientras mi padre abría las puertas del bar para atender a los más madrugadores que debían partir para los trabajos", dijo.

"No han cambiado tanto las cosas, siguen siendo mayoría las mujeres que acompañan en sus oraciones a Nuestra Señora del Carmen", añadió.

Hacia la playa del Cable

En el recorrido hacia la playa del Cable resaltó que "nos conocemos todos. Marbella se encuentra contenida en pocos metros de procesión. Allí estamos los que mantenemos la tradición, los que cumplimos promesas, los que damos gracias". 

"Mujeres, cientos de mujeres. Andalucía es Mariana, Marbella es Mariana. Es la deuda eterna que tenemos los hijos con las madres en una tierra castigada. Es hora de que las mujeres lleven sobre sus hombros a la primera de las mujeres, es de justicia", continuó.

"¡Que se aparten los hombres! ¡que la pasee las mujeres! que sea el homenaje a las madres y abuelas marbelleras que en aquellos años difíciles de la hambre y la posguerra sacaron a las familias adelante, las mismas madres y abuelas que en estos tiempos de crisis vuelven a sacar adelante a sus familias con el coraje que quizás ningún hombre seríamos capaz", dijo.

Y tras la misa sobre la arena de la playa "hay que mojarse los pies, tocar el agua de la mar, e incluso llevarla a aquellos que no han podido estar o ya no están entre nosotros. Ahora sí, ahora está el agua bendecida. A partir de hoy nos podemos bañar".

"Marbella entera volcada con la virgen del Carmen. Y cuando lo veo me reafirmo: ya era hora que fuera patrona de mi pueblo ¡Cuántos años la ha estado esperando San Bernabé!", señaló. 

Y para concluir, recorrió las procesiones de la tarde, primero la marítima. "Vuelven los recuerdos, son imágenes, fotografías en blanco y negro de mi padre, embarcado con la Virgen en una barcaza o desfilando con un remo al hombro delante del trono donde un barco hecho de flores rodeaba a María".

Y la terrestre. "Me veo muchos años atrás, con más niños, comiendo pipas en cuclillas sobre los bordillos ante la atenta mirada de mi madre, que antes me había colgado dos pequeños escapularios plastificados unidos por un grueso hilo marrón con la imagen de la virgen del Carmen, los mismos escapularios que aguardaban sobre el Corazón de Jesús que protegía mi casa. Han pasado muchos años", recordó.

Y tras la llegada al templo y el final de los actos, llega el fin de este día. "Me acuesto, pero antes de cerrar los ojos, mi último recuerdo del día debe ser a la persona que más me ha querido, y miro hacia arriba en la oscuridad del dormitorio, y le digo mamá, tómale la mano a la virgen del Carmen, que te proteja en el cielo como nos protege a nosotros en la tierra y en la Mar".

Pregón realmente emotivo el que ha pronunciado José Bernal, que ha hecho derramar lágrimas a muchos de los asistentes y ha puesto la piel de gallina a otros, y que ha concluido con un "viva la Virgen del Carmen", con todos los asistentes aplaudiendo puestos en pie en el templo.