No ha podido ser y, pese a su lucha constante, Pablo Ráez no ha logrado ganar la partida al cáncer y ha fallecido esta tarde, en torno a las 18:00 horas, en su domicilio de Marbella, junto a sus familiares.
El velatorio se va a instalar en el cementerio Virgen del Carmen y el funeral tendrá lugar este domingo a las 17:00 horas en la iglesia de La Encarnación de Marbella.
La noticia se ha conocido a media tarde y, como es habitual en estos tiempos, ha saltado a través de la redes sociales, donde algunos familiares la han transmitido y rápidamente se han producido numerosas muestras de condolencia.
Pese a que su estado de salud no era bueno desde hace tiempo, su muerte ha causado una gran conmoción, sobre todo por su pelea constante y las campañas que inició a favor de la donación de médula ósea.
El próximo martes, Pablo Ráez iba a recibir la Medalla de la Ciudad, en un acto que ya no se va a celebrar en esta fecha ya que el Ayuntamiento de Marbella va a aplazarlo y a decretar dos días de luto oficial en el municipio.
Dos trasplantes
A Pablo Ráez le diagnosticaron una leucemia a finales de marzo de 2015. Desde entonces, empezó una lucha contra esta enfermedad que no ha podido ganar después de casi dos años.
Durante todo este tiempo ha ido contanto su evolución a través de Facebook y sus mensajes se convertían en virales, lo que le dio una fuerza importante para iniciar una campaña a nivel nacional que disparó el número de donantes de médula ósea.
Le hicieron un primer trasplante a través de su padre y su recuperación fue muy buena, aunque al final su cuerpo terminó rechazándolo. Ahí inició una nueva lucha, con una agónica búsqueda de un donante compatible que finalmente encontró el 10 de octubre de 2016.
En esta ocasión, la compatibilidad de la donación, que llegaba desde Estados Unidos, alcanzaba el 80%, superando el 50% del primero, por lo que las noticias eran alentadoras.
El 18 de noviembre recibía el nuevo trasplante y abandonaba el hospital el 19 de diciembre, aunque anunciaba que aún tenía un 4% de leucemia.
Posteriormente, Pablo Ráez fue dejando mensajes desalentadores en su Facebook, ya que la evolución no era buena y se estaba produciendo un nuevo rechazo, que finalmente no ha podido superar.
Él ya no está, pero su legado, su lema "Siempre fuerte" y su campaña por la donación de médula van a continuar adelante para intentar salvar otras vidas.
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